CASTILLEJA. – Partido de esos raros que salen de vez en cuando en la temporada, y que unas veces se van hacia un lado y otras hacia el otro. Hoy le toco al Castilleja la peor suerte, con un arbitraje malo, desquiciante, del que supo sacar provecho un equipo visitante que a cada jornada que pasa, se le nota más cómodo.

Comenzaba el partido de manera trabada, con interrupciones, un partido incómodo para el Algeciras y en el que los locales se sentían a gusto, hasta que, a la media hora de partido, un penalti dudoso a favor de los visitantes, en una jugada en la que Ganet es derribado, ponía la balanza a favor de los albirrojos.

Pero no. Falló Cristo Díaz. Tablas en todo hasta que pocos minutos después, el local Gerardo es expulsado por doble amarilla y el Castilleja se ve obligado a jugar con 10 hasta el final del partido ante un líder rocoso, que a partir de ese momento y hasta el final de la primera parte, impondría su superioridad.

Tras un disparo al palo de los locales al saque de una falta, llegaba el primer gol del Algeciras tras otro penalti, este si más claro, que transformaba Pablo Ganet. Era el minuto 39 y en las postrimerías de la primera parte, llegaba el 0 -2 tras un zapatazo imparable desde casi 40 metros por parte de Alberto. Llegaba el descanso.

La segunda parte se inició con una sonora pájara del Algeciras CF, que se dejó empatar en solo cinco minutos por un equipo, colista del grupo, noqueado en la primera mitad, y con solo 10 jugadores en el terreno de juego. Errores de este tipo son los que cuestan puntos de los que acabas acordándote a final de liga.

Pero la sangre, afortunadamente, no llegó al río. El Algeciras se repuso en el momento justo, y solo tres minutos después del empate llegaba el 2-3 en otra jugada magistral de Alberto, el hombre del partido, que definía para poner de nuevo por delante a los albirrojos.

El Algeciras, a pesar de que su rival nunca perdió la cara al partido, comenzó a controlar y diez minutos después, a la salida de un córner, llegaba el cuarto de los visitantes, un gol de Chico Díaz, que se sacaba la espina del penalti fallado, y que hacía hincar la rodilla a un Castilleja que a esas alturas del partido, lo había dado todo.

Hasta el final del partido, el Algeciras ponía el fútbol control sobre el verde, mientras que el Castilleja trataba de recortar distancias con más corazón que cabeza. Un carrusel de cambios, y una notable bajada de la intensidad, dieron paso al final de un encuentro en el que el líder, supo jugar como juegan los que quieren estar arriba a final de temporada. Por el momento, una jornada más arriba, una jornada menos para el final.