C4fQBV0WQAIS3_X
Plantilla y comité de empresa de la estiba, en el Nuevo Mirador

LA RESACA

De leyendas y realidades

De leyendas y realidades

El efecto naranja y el hambre del equipo de Guti pueden marcar un punto de inflexión de caraa lo que resta de temporada

ALGECIRAS. - Arrancamos nuestro Hyundai, hoy con el color naranja como protagonista, con la fiabilidad y seguridad de cada semana. Además, en una jornada que ha sido muy positiva para los intereses de nuestro equipo. Al lío.

hyundai_25aniv_Conces_728x90

La tarde que se vivió en el Mirador, además de por lo desapacible, fue de muchas sensaciones y sentimientos. Entre otros muchos, y más allá de la posición de cada uno respecto a lo deportivo, lo social y lo portuario, para desterrar, aunque alguno seguirá dando la brasa, muchos de los tópicos que hay sobre esta que, con permiso de los aquí nacidos, considero mi ciudad.

Por un lado, ni a Guti se le quería cesar por ser de Algeciras ni todas esas leyendas antiguas, ni tampoco la ciudad, que es muy grande en población y en más cosas, es tan apática como algunos, de nuevo las leyendas, quieren hacer ver.

Algeciras, su equipo y uno de sus entes más representantivos como el puerto demostraron que unidas pueden hacer muchas y buenas cosas. Vale que ni ayer el equipo ascendió, ni el sector de la estiba resolvió el problema, pero hay detalles y momentos que pueden ser un punto de inflexión.

En lo deportivo, vuelvo a lo de Guti. Míster gracias por los ratos y los comentarios que  hacemos tras los partidos, y que aquí nunca se desvelarán. Al entrenador del Algeciras, como al del Escalerillas, con todos mis respetos, lo cesan los resultados. Y en el caso de un algecirista y algecireño como el actual ocupante de la silla eléctrica rojiblanca, no hay que explicarle ni justificar nada. Él sabe, por la ley del fútbol, que los resultados no estaban siendo buenos. El 4-0 ante el Gerena, en el que hubo pegada, intensidad, hambre y esfuerzo colectivo, puede ser ese momento que estaba buscando el grupo. Ahora toca refrendarlo en Guadalcacín. De todo ello nos alegramos los algeciristas, aunque a veces alguno quiera crear enemigos artificiales.

Ahora toca la batalla de la Seguridad Social que tendrá un momento clave el viernes. Ahí, de nuevo, habrá que empujar, entre todos, para que un error de funcionarios, administrativo o lo que fuese, no pueda poner en riesgo los más de 100 años de una entidad que sigue muy viva.

En cuanto a la marea naranja, de la que Guti dijo “ojalá la tuviésemos siempre” vaya desde aquí mi solidaridad. Otro colectivo en el que las leyendas y los tópicos están a la orden del día. Ahora bien, y admitiendo que son muchos los trabajadores de la estiba que acuden con regularidad al Mirador y son socios, no estaría de más que ayudasen algo más. En ese grupo, más allá de lo que les guste o no el fútbol, hay un potencial de 2.000 carnés.

A buen seguro que esta semana, que puede ser decisiva, la afrontan con otra cara tras la respuesta del equipo y la afición. Y es que, si bien en todos los grupos numerosos hay ovejas negras, es de justicia reconocer la aportación económica y social que hacen a la ciudad. Con esto no llamamos a la insumisión, ni a no respetar los tribunales, pero sí a que la ciudadanía sienta que los portuarios son un colectivo relevante y que les pertenece, y que ellos, a su vez, entiendan que en la ciudad hay mucha tarea en la que pueden contribuir positivamente.

Si el Algeciras, como todos deseamos, asciende a Segunda B, quizás los libros de historia contarán que un efecto naranja fue decisivo para cambiar una dinámica que no era la más adecuada.

Mientras llega eso, nuestro Hyundai se prepara ya para viajar a Guadalcacín.

De leyendas y realidades