A bordo de nuestro Hyundai paseamos por la ciudad disfrutando tanto de las prestaciones y comodidad del coche como del contundente triunfo de los algeciristas ante el Antoniano. Al lío.

El Mirador ha visto ya nueve goles de los de Guti y poco a poco la afición va olvidando los palos, han sido muchos y seguidos, para recuperar la ilusión de una Pasión Especial. 

El técnico del Antoniano, cuyo equipo fue muy blando, lo dijo en rueda de prensa y no lo falta razón al bueno de Paco Cala. "Fuera lo tendrán más complicado, pero tienen calidad, trabajan, quizás no son de relumbrón, tienen hambre y este campo es muy grande". Casi habría que cerrar aquí esta resaca que, un año más no podemos dejar pasar la ocasión de agradecer el seguimiento. No obstante puntualizará algunas cosas, salvo mejor opinión.

Cierto es que el equipo que se ha confeccionado no es tan superior como otros recientes, pero no lo es menos que tiene experiencia, jugadores desequilibrantes y un campo, el santuario de todos los algeciristas, que en esta Tercera División se hará eterno para la mayoría. Ya comentamos la pasada semana que  la calidad no sobra en la categoría, pero que todos los equipos trabajan en lo táctico y se extra motivan ante los nuestros. 

Dicho todo esto, y admitiendo la relativa debilidad de muchos de los que pasarán por La Menacha, eso no debería minusvalorar el esfuerzo, compromiso y sí, hambre, que parece anidar en el vestuario algecirista.

A diferencia de los últimos años, hay pocos, Máiquez, Iván y si quieren Romero y Berlanga, que tengan ganas  de revancha, traumas o lo que quieran con los descensos recientes. Eso, sumado a la labor de muchos de casa que están mostrando a los de fuera lo que supone, tanto en lo positivo como en lo negativo, aguantar la carga que conlleva ese escudo.  Todo cuenta para, por el momento, bordar el inicio de liga. 

"Era importante empezar bien, este año, a diferencia de otros, creo que habría que celebrar meterse en liguilla que es el objetivo". Guti dejó varios mensajes en la sala de prensa.

Por un lado, sabe que tiene un buen equipo, pero que no se paseará, y otro que la mal llamada liguilla, que en otras ocasiones se daba por descontada, este año será meritoria. 

Puede que tenga bastante razón, en cualquier caso, el mérito del equipo también hay que ponerlo en valor. Sin volvernos locos, que esto es Tercera, pero sin regatear elogios, comedidos, a jugadores y cuerpo técnico que saben, de sobre, el largo y duro año que queda por delante.

El domingo, en Lepe, habrá una buena piedra de toque. Más allá de la victoria o la derrota, debe servir para medir el nivel del grupo que, a buen seguro, dará la talla más allá del marcador.

Mientras tanto, aparcamos nuestro Hyundai, disfrutamos del liderato compartido y de esas prestaciones que nos ofrece el vehículo que también vive y siente esta Pasión Especial que sigue ganando adeptos.