ALGECIRAS.- Aunque está soltero, Sufian Dris Mohamed (13/11/1989) tiene un compromiso con la muerte, su novia, además del que firmó con el Colomer Dental Algeciras hace tres temporadas. Legionario de profesión, e incluso por devoción, Dris disputará mañana su segunda semifinal de playoff consecutiva. La primera, no le trae buenos recuerdos tras el varapalo sufrido ante Mijas. Sin embargo, la segunda, tras cuatro meses lesionado, la está disfrutando, aunque la defina como una “batalla”. Han sido 120 días los que ha estado sufriendo el dolor de su lesión, que como un lobo le mordía el corazón…

Pregunta: ¿Cómo llega al Colomer Dental Algeciras?

Respuesta: Tras un amistoso disputado en Algeciras, yo estaba en el Ramón y Cajal. El equipo se fijó en mí aquel partido y, a finales de octubre de 2014, se hizo oficial mi fichaje.

P: ¿Vive en Ceuta? ¿Cómo se las arregla para acudir a los entrenamientos?

R: Efectivamente. Nací y vivo en Ceuta. Para los entrenamientos hago un esfuerzo en el trabajo. Cuando salgo del trabajo, llego a casa, como algo rápido y cojo el ferry. Al acabar los entrenamientos, me vuelvo en el barco de las 22:00 horas. Muchas veces, tengo más problemas para ir a Algeciras por culpa del tiempo que del trabajo.

P: ¿Y el fin de semana de partido?

R: A lo largo de la semana de servicio en mi compañía, doblo los servicios para tener el fin de semana libre. Esto no lo hago cuándo y cómo quiero. Tengo que agradecer su ayuda y todas las facilidades que me ponen mis superiores: Cabo Primero Raúl Tébar, Sargento Aridane Santana y al Teniente Jorge Hierro Ramos. 

P: No ha tenido precisamente suerte esta temporada…

R: Pues no, sinceramente. Entre el trabajo y la lesión solo he podido jugarm tres partidos de liga regular. No he querido torturarme con el tema. Pienso que el destino lo ha querido así e intento quedarme con lo positivo y es que he podido llegar a la fase de ascenso.

P: El equipo no lo ha pasado bien en defensa el tiempo que usted ha estado en el dique seco…

R: Yo creo que mis compañeros tienen las cualidades suficientes y por eso estamos donde estamos. Puede que yo imprima esa agresividad de la que tanto se habla y es cierto que eso es un plus a la hora de defender . 

P: ¿Cuándo empieza en el balonmano?

R: A muy temprana edad. A los 5 años ya estaba correteando por los pabellones de mi ciudad en los entrenamientos de mi hermana mayor, Anisa, que también era jugadora. Si te soy sincero, puedo decir que gracias a ella me enamoré de este deporte. 

P: ¿Puede combinar su vida deportiva con la profesional?

R: A la vista está que llevo ya tres temporadas. No resulta fácil y salvo casos muy importantes no suelo fallar. Espero que la siguiente temporada, si ascendemos, siga pudiendo adaptarme a la dinámica del equipo. No es sencillo, pero tampoco imposible.

P: He oído que en la pista, en cierta ocasión, alguien ha usado como arma arrojadiza para insultarle la palabra “moro”…

R: Ofende el que puede, no el que quiere. Es cierto que algunos lo han usado para faltarme al respeto, pero suelo hacer oídos sordos a esas anormalidades del público y de jugadores. Cuando lo hace un jugador, pues se lo recrimino y acudo si es necesario a los colegiados pero, ciertamente, eso me hace motivarme más (ríe). 

P: Es usted uno de los baluartes en defensa, ¿no extraña participar en ataque?

R: En todo equipo cada jugador tiene su rol y destaca en unas características. En mi caso, mi fuerte es la defensa y, por consiguiente, si mi rol es únicamente defender ya están los otros dos compañeros, Jesús y Paco, para perforar la portería rival. No te niego que uno siempre quiere meter algún que otro gol y, muchas veces, Chano me recompensa con unos minutos. Hablando en la jerga militar, el míster ordena y yo cumplo las órdenes como buen legionario (dice entre risas).

P: Desde la grada, se le veía nervioso los partidos que estuvo lesionado…

R: Es normal. Todo jugador lesionado está impaciente por jugar y por ayudar a sus compañeros y más aún viendo que yo hacía falta y mi mano no se curaba.

P: ¿Qué opinión tiene de Carboneras?

R: Sinceramente, para mí es un equipo desconocido. Sin embargo, por lo que he visto, es un equipo con mucha experiencia y veteranía. No me cabe la menor duda de que nos pondrán las cosas difíciles, pero las batallas son para los guerreros y nosotros lo somos. ¡Estamos preparados!

P: Allí va a ser un duelo duro, habrá que mantener la calma… Usted es temperamental.

R: Misión imposible (ríe sonrojado) Hay que estar duro dentro de la legalidad- Siempre llego al límite, me gusta el juego agresivo, no me tergiverses la palabra. En la ida no fui excluido y me tocó nadar con el tiburón (bromea).

P: ¿Cómo está viviendo esta semana?

R: Con normalidad. Sin presión, pero concentrado en el objetivo. Mi rutina diaria, poco más.

P: Ver llorar como un niño a alguien de su envergadura choca, cuando menos. En Triana, le vi llorar…

R: Todo hombre tiene un niño dentro y yo pues soy un sentimental, un romántico del balonmano. Lo juego con cuerpo y alma y más aún cuando logras algo que era imposible. Después de estar en el dique seco cuatro meses, lograr jugar los playoff es algo que me emocionó y cuando terminó el partido me fundí con Chano en un abrazo y rompí a llorar. Cuando me lesioné me dijo: "Sufi, tranquilo, tú nos darás el último empujón". En la pista de Triana lo recordé e imagínate…

P: Si ascienden a Primera, supongo que habrá cambios en la plantilla. ¿Cree estar en la lista de los que continuarían?

R: Hay que hablar del presente y ahora mismo estamos a un paso de jugar la fase de ascenso. Cuando llegue el momento, te aseguro que lucharé por estar en ese equipo y, si no es así, solo tengo palabras de agradecimiento a este club.

P: ¿Tuvo ocasión de conocer hace años la afición que Algeciras sintió por el balonmano?

R: No, la verdad es que no. Solo veía los partidos de Asobal por televisión, pero me quedo con el primer partido. Mi debut. Aquel día viví esa sensación de mariposas en el estómago y me emocioné cuando corearon mi nombre por primera vez. Eso es un auténtico amor a primera vista.

P: Si tuviera la opción de cambiar algo de esta temporada, ¿qué eligiría?

R: No cambiaría nada. El destino es muy caprichoso y me quedo con la parte positiva de estar en un playoff por segundo año consecutivo. Nada, no hay nada que cambiar, pero muchísimo por conseguir.