TRIBUNA
La afición respondió, una vez más.

RESACADA DE UNA JORNADA MUY DURA PARA EL ALGECIRISMO

Y ahora ¿qué?

Y ahora ¿qué?

La decepción es total en el entorno. Quedan seis puntos pero las sensaciones son pésimas. Claro que eso no justifica insultos y descalificaciones a unos jugadores que, con excepciones, probablemente han dado todo lo que tenían. 

El paseo a bordo de nuestro Hyundai, coche de primera y con todo lo que uno puede desear, sólo tendrá hoy esa satisfacción. Disfrutar del vehículo, por lo demás poco queda que añadir a una dramática situación, una más, que vive el Algeciras C.F. de nuestros desvelos. Al lío.

Miren hoy, será la edad, no se que escribir. Agradezco infinitamente, lo he dicho muchas veces, la gente algecirista que lee este rincón y que lleva haciéndolo años. Servidor sigue sin entenderlo y sobre todo en algo tan indescriptible, emocionante y particular, para mi y muchos, como es ser de este equipo.

Vaya por delante que la decepción, me consta que hay mucha gente igual, es enorme. Por lo que entendiendo a Guti, cuya comparecencia de prensa demostró su dolor como profesional y algecirista, y admitiendo que es cierto lo que dice, la realidad, ojalá me equivoque, parece muy distinta.

"Nunca dije que íbamos a ganar", subrayando que "tras el Villanovense quedaban dos partidos y hay que seguir". Y dando un mensaje contundente. "Ser algecirista no es una obligación, yo voy a seguir trabajando por sacar los seis puntos", apuntando a que había visto "gente llorando en el vestuario pero desde el lunes hay que pelear por ganar en La Hoya".

Frases ciertas, correctas y en algunos casos, los mínimos, obligadas. Dudar de la profesionalidad del grupo me parece que está fuera de toda duda. Entender que el rival juega y que además te gana es cuestión de fútbol. Los equipos de Segunda B, escrito está aquí en la época de Mere y con las vacas gordas, en la mayoría de los casos superan en presupuesto y calidad a los nuestros. Vale, en lo segundo no era el caso del Villanovense, pero los nuestros se han exprimido hasta el lugar que han podido. Hay cosas que sólo el dinero puede comprar. El Algeciras ha marcado 26 goles en 36 partidos y en los últimos 270 minutos, más descuentos, ni siquiera ha anotado uno. En el fondo es un lujo estar en promoción, todavía. Lo demás, me lo parece al menos, es no entender lo que tenemos y contra lo que jugamos, repito que es general la valoración no por lo acaecido ahora.

Claro que tras lo del domingo, con una afición entregada, también hay que comprender la frustración. Tanto del seguidor habitual, como del puntual. Por cierto, hay un sector, y lo digo con respeto, que acude estos días al Estadio pensando que va a ver a Messi. En febrero, en Segunda B, no está, menos aún cuando los nervios y la tensión amenazan a los dos contendientes. 

Decía que el mensaje de Guti es correcto. Respecto a los insultos -esto va para los jugadores que se sintieron dolidos no con las críticas que esas son justas, sino con las descalificaciones- sólo comentarles que esos son los mismos que les querían renovar en diciembre y que si hacen la machada, esa en la que sólo cree casi exclusivamente el vestuario y algunos más, les sacarán a hombros del estadio. Es decir, entendiendo su frustración, que no compartiendo los insultos ni las barbaridades de internet, que tengan en cuenta que la mayoría de la afición no es esa. Es la que apoya, exige y critica con respeto.

Luego está la gestora. Sin menoscabo, ahí está la hemeroteca, de la anterior directiva, parecía que estaban intentando atraer no sólo al público y se ponía el duelo ante el Villanovense como un punto de inflexión para recuperar muchas cosas. La gestora trabaja para hacer un club acorde a la ciudad y a esa afición que va y viene. Todo parecía encaminado a lograr la permanencia y mirar el futuro con más optimismo. Sin embargo, tras la debacle, y  aunque me consta que van a seguir remando hasta el último suspiro, el escenario se complica.

Ahora, como también es habitual, ahí acertó Guti, llegarán los catastrofistas y también los golpes en el pecho de los que, a veces, hacen daño con tanto amor. Respetando a todos, creo, modestamente y sin ser nadie, que toca reflexionar con calma. Agarrarse a un clavo ardiendo de estas dos jornadas y luego, si pasa lo peor, meditar sobre que hacer. Esta agonía de ir y venir no parece que sirva para estabilizar una entidad, por mucho cariño y amor que le tengamos.

De momento, sólo queda esperar al caprichoso fútbol. Quizás esta vez, parece complicado para que negarlo aunque por ahora el equipo esté mejor clasificado que sensaciones transmite, la moneda caiga de nuestro lado. Mientras, como les decía al inicio, yo no sé que decirles, salvo gracias por dejarme ser algecirista, que aquí, a bordo de un Hyundai, deja una reflexión desde el dolor que comparto con muchos y con la que se puede o no estar de acuerdo, pero sin insultar, por favor.

Y ahora ¿qué?