La industria de las financias está cambiando y lo hace de la mano de las prestaciones que ofrecen las nuevas tecnologías. En concreto Internet ha supuesto en este área toda una revolución y una alternativa real frente a las entidades financieras más tradicionales. El sector Fintech (o de tecnología financiera) se encuentra en un momento de inflexión. De hecho, ya lo advirtió el mismo CEO de JP Morgan, Jamie Damon, hace un par de años al señalar que en esos momentos ya se contaba con cientos de startups que habían apostado todo para hacer frente a la banca tradicional "con muchísimo talento y dinero" de por medio. Se calcula que en 2016 ya se contaba en el mundo con más de 4.000 empresas de Fintech, según el diario The Economist. Y, aunque se suele relacionar este término con los créditos rápidos, como se puede ver es mucho más.

Cabe señalar que los créditos online han sido uno de los grandes éxitos de este tipo de empresas porque han sabido ver una necesidad del consumidor y la han explotado de la mejor manera posible. Muchas empresas, como Credy, ofrecen este tipo de servicio, que tiene muchas ventajas para el consumidor. Ahora ya no es necesario pasar por el banco para conseguir un préstamo económico. Desde la comodidad del hogar se puede obtener una cantidad no muy elevada (de hasta unos 750 euros) y devolverla en un breve espacio de tiempo. Y lo mejor es que para esto no es necesario una importante cantidad de papeleo, ni se requiere de avales o documentos extra. En cuanto que se aprueba la solicitud (lo que suele ser en un espacio de tiempo muy breve) el cliente puede contar con el dinero solicitado en la cuenta que haya indicado, sin tener que dar más explicaciones sobre en qué lo va a emplear. Además, se sabe desde el principio el dinero que habrá que devolver, sin sorpresas.

Pero como ya comentamos, las empresas Fintech son mucho más que créditos rápidos. En general, ofrecen financiación a particulares y a empresas, pero éste es sólo uno de sus ámbitos de desarrollo. También se encargan de llevar a cabo transferencias de fondos (esto antes quedaba en exclusividad en manos de los bancos y, como ocurre siempre que hay monopolios u oligopolios derivaba en sumas de dinero importantes, en forma de comisiones, que debían pagar los clientes). Con las Fintech y la competencia han aparecido en el mercado precios mucho más económicos para estas transacciones.

Otro de sus grandes ámbitos es el del asesoramiento, que igual que en el caso anterior solía quedar sólo para los bancos, quienes controlaban todo el sector. Ahora son muchos los inversores que deciden ponerse en manos de empresas Fintech para recibir información valiosa, a un precio más bajo y poder hacer las mejores inversiones, de acuerdo a sus intereses.

Por último, otra de sus grandes funciones es la de los pagos y cobros a través de dispositivos móviles. Muchas empresas Fintech se han puesto a la última también en esto y ofrecen a sus clientes la posibilidad de realizar sus pagos a través de sus smartphones. De hecho, en esto en concreto, van muy delante de la banca tradicional en estos momentos y son muchas las empresas que se han lanzado a ofrecer este servicio que va ganando, día a día, más adeptos.