Feria de Algeciras

El novillero Gonzalo Capdevila, primera 'Puerta de Feria' en Algeciras

El novillero Gonzalo Capdevila, primera 'Puerta de Feria' en Algeciras

Gonzalo Capdevila, ofreció un conjuntado saludo que resultó muy jaleado por el respetable. Delantales, verónicas, chicuelinas y larga cordobesa para abrochar. Todo ante un segundo astado que salió abanto. Replicó al buen quite de Morilla por chicuelinas nuevamente. Brindó a Germán Vidal ‘El Melli’. Comenzó con tralla -una labor siempre molestada por el fuerte viento- de rodillas y con dos cambiados por la espalda ligados con un cambio de manos y un natural de mucha entidad. Capdevila cimentó un quehacer de exigencias y mano baja donde se palpó la despaciosidad. Incluso ofreció un toreo descarado de cara a la galería. El portuense amasó una buena faena y dejó claro que está cuajado para dar el salto con los del castoreño. Finalizó por manoletinas y un espadazo.  Dos orejas.

Pablo Lozano, dibujó un trato inicial por verónicas con mucho sabor al cuarto. Se lució con la tela rosa en cada sentido lance. Brindó a Salvador Gavira. El joven alcalareño conectó pronto con sus paisanos gaditanos a base de torear a favor de un “taco” de novillo por hechuras y obediencia. Pablo lo muleteó por ambos con ligazón y compás abierto imprimiendo al trazo exigencias y profundidad. Un quehacer de alto contenido sin bajar nunca el interiores ante un astado que soltaba la cara permanente. Espadazo al encuentro y tremendo revolcón. Oreja, bronca al presidente por no conceder la segunda y dos vueltas al ruedo.

Manuel Morilla le puso expresión al lance a pesar de la embestida descompuesta del tercero. Hubo  toreo sentido con el percal tanto en recibo por verónicas como en el quite por chicuelinas. Brindó a Adrian de Torres. Él sevillano hilvanó una faena llena de sensibilidad y torería ante un novillo manejable. Morilla puso en el Coso de las Palomas un toreo de calidad y compostura -con algún un desajuste- pero a la imperfección le ponía gusto y aquello llenaba la obra. Personalidad y naturalidad que caló hondo entre la parroquia. Pinchazo y oreja tras una bonita faena.

Sergio Marchante fue todo entrega de principio a fin. Al primero lo recibió en la puerta de chiqueros con una ajustada tafalleras de pie y posteriormente buen juego de brazos a la verónica. En banderillas más voluntad que acierto. Comenzó con el pase de las flores y a partir de ahí ofreció una muleta sincera por ambos pitones con un toreo ligado ante un buen novillo. Finalizó con varios circulares y cambiados por la espalda, además de bernadinas. Labor de raza e imposición en cercanías. El pinchazo hondo, más aviso y varios descabellados restaron para un mayor balance. Vuelta al ruedo.

Antonio Santana recibió al quinto con dos largas cambiadas, una chicuelina y varias verónicas de manos bajas. Desparpajo y buen trato que calentó el ambiente. Brindó a un familiar en el tendido. En el último tercio todo lo que apunto el de Torrealta a bueno se convirtió en protestas. Santana intentó domeñar las asperezas de su antagonista y le puso voluntad a un trasteo al que le faltó entendimiento. Esfuerzo sin recompensa artística ante el más complicado. Ovación, tras aviso.

Lucas Rojas “El Gamboa” al sexto le endosó un vistoso saludo capotero. Brindó a su abuelo. El novillero local le abrió los caminos a su oponte desde el inicio y le ayudó a romper pa’lante. “El Gamboa” ahormó una faena inteligente en terrenos, alturas y  distancias. Con todo, su toreo fluyó a base de regusto y ligazón indistintamente por ambos pitones. Le dejó la muleta muerta y lo llevó muy metido con cites sutiles y abrochando con grandes de pecho. Vuelta al ruedo.