Es un secreto a voces que el Gobierno de España, en manos del PSOE y Podemos, ha sido temerario en la gestión de la crisis sanitaria del coronavirus, desde que el pasado 31 de enero se confirmara el primer positivo por COVID-19 en España.

Fueron muchas las voces que advirtieron de la gravedad de los que se venía encima de los españoles, mas aun viendo la situación que se estaba viviendo en China, y la virulencia con la que la enfermedad había llegado a Italia.

El Gobierno de Pedro Sánchez ocultó la primera muerte por coronavirus, un hombre que fallecía el 13 de febrero en Vilanova, pero que no se hizo público hasta casi 20 días más tarde. Mientras tanto, y a pesar de saber que el virus ya circulaba por España, el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, seguía asegurando sin ningún pudor que, “existe una probabilidad de infección muy bajo", añadiendo que desde el Gobierno se creía que "España iba a tener como mucho algún caso diagnosticado con una transmisión limitada y controlada".

El 28 de febrero, Simón también volvía a indicar que "No hay ninguna razón para cambiar de escenario porque el riesgo está perfectamente delimitado. No es un riesgo poblacional". Se hacían estas declaraciones, apenas una semana antes de la fecha mas crítica, el 8 de Marzo. El propio Simón, usado como escudo por Pedro Sánchez, afirmaba el 2 de marzo: "Ahora mismo no se propone suspender ningún evento", añadiendo que "si mi hijo me pregunta si puede ir a la manifestación del 8M le diré que haga lo que quiera".

Precisamente ese 2 de marzo, el Centro Europeo para el Control y Prevención de Enfermedades, en un informe emitido, recomendaba "evitar concentraciones masivas innecesarias" por el coronavirus, ya que está científicamente demostrado, en base a los datos de otras pandemias y epidemias, que cancelarlas "puede reducir la transmisión del virus".

El Gobierno y los medios de comunicación más afines, se afanaron en todo lo contrario, y a pesar de que la pandemia ya se había cobrado 10 muertos, alentaron a salir a la calle de manera masiva con mensajes tan desafortunados como “el machismo mata más que el coronavirus”.

El 8 de marzo había 500 casos confirmados de coronavirus, y una semana después, se decretaba el Estado de Alarma en todo el país, cuando la enfermedad estaba absolutamente descontrolada.

Por estos motivos, “crece la corriente de opinión favorable a, una vez superada la pandemia, pedir responsabilidades penales al Gobierno, a los políticos y a los creadores de opinión que quitaron importancia a sus efectos y animaron a la gente a asistir a las manifestaciones del 8-M”.

Así se ha expresado hoy en twitter Alejo Vidal-Quadras, ex vicepresidente del Parlamento Europeo, en un mensaje que está teniendo una alta interacción en las redes sociales, y que a buen seguro va a articular un movimiento ciudadano que exija esas responsabilidades penales al presidente del Gobierno, por su reacción tardía, la ocultación de datos, y el incumplimiento de recomendaciones de instancias supra nacionales.