Flores el Gaditano comenzó su carrera artística junto al cantaor sanroqueño Roque Montoya Heredia "Jarito", y más tarde formó parte del primer trío flamenco conocido, "Los Gaditanos". Junto a Manuel Molina y Juan Pantoja Chiquetete, popularizó una milonga que él mismo compuso, Qué bonita que es mi niña, que dio la vuelta al mundo llegando incluso a ser traducida al japonés y todavía hoy sigue siendo interpretada por numerosos artistas. En solitario también hizo carrera junto a la compañía de Manolo El Malagueño y Lola Flores, y grabó varios discos pasando a la historia como uno de los mejores intérpretes de fandangos y de muchos otros palos del flamenco.

Flores también estuvo escribiendo poemas, novelas, ensayos y conferencias hasta el final de su vida, como "El enviado de Jesucristo" , "Un afeminado singular" o "Historias de Cuentos y Flores, impresionantes relatos para chicos y mayores". Debido a su amplia trayectoria, fue nombrado Hijo Predilecto de la Ciudad en 2020, Medalla de la Palma 2004 y Especial Pura Cepa 2005, además de tener una calle en Algeciras con su nombre y un monumento en el Parque María Cristina. 

Fue un gran defensor de su ciudad, a la que llevó consigo a todas las partes del mundo a las que llegó con su música. Siempre se ha caracterizado por su gran sentido del humor y por estar dispuesto a apoyar a las jóvenes promesas, intentando dar siempre los mejores consejos y acogiendo en su casa en la Bajadilla a todo aquel que quisiera compartir un rato agradable con él y con Javiera, su esposa. Era una enciclopedia viviente, que disfrutaba compartiendo numerosas anécdotas que había vivido a lo largo de su vida, mostrando siempre una gran vitalidad y cercanía. 

Sin duda, una gran persona que siempre tendrá un lugar en el corazón de todos aquellos que llegaron a conocerlo, y un artista polifacético que dedicó su vida a dejarnos un inmenso legado artístico y humano. Descansa en paz, siempre te recordaremos.