La Colonia San Miguel no está dispuesta a aguantar "mas mentiras"

La Colonia San Miguel no está dispuesta a aguantar "mas mentiras"
ALGECIRAS. - La Colonia San Miguel no aguanta más mentiras, ni más dobles discursos, y es que eso es lo que entienden los vecinos que está sucediendo en los últimos meses en relación a la situación de extremo peligro que tienen que soportar cada día que el parte meteorológico apunta a lluvias. “Vivimos permanentemente pegados a internet, al canal del tiempo, para salir pitando y sacar los coches de los garajes o de la zona inundable”, asegura Luis, un vecino afectado por las inundaciones que se producen en la zona. Con todo, este es uno de los problemas que tienen que soportar los vecinos, ya que desde que Grupo Alonso decidió reconvertir Torraspapel en una zona logística, allí es imposible vivir. Carmen nos cuenta que su hija, asmática, se ha tenido que ir a vivir con sus tíos. Entre el muro de su patio y la zona donde opera Grupo Alonso, apenas si hay tres metros de distancia. El ruido ensordecedor de las maquinas, de las excavadoras, de un martillo neumático, el polvo que se levanta en la parcela, “porque no riegan”, y el peligro de tener casi sobre sus cabezas, una pila de contenedores de más de 15 metros, hacen que vivir en Los Cedros se haya convertido en un auténtico calvario. Según denuncian los vecinos, Grupo Alonso ha rellenado la parcela, ha taponado parte de la zona de seguridad a la que obliga la Ley de Aguas, y ha convertido el lugar en una presa donde el agua se estanca y pasa a inundar las calles de la Colonia San Miguel. “Todas las casas tienen bombas de achique de agua, todas tienen compuertas”, asegura Luis. Los vecinos son muy críticos con el Ayuntamiento de Algeciras, al que acusan de haberlos dejado “tirados”, además de decir que las ultimas noticias aparecidas en la prensa sobre la limpieza del Arroyo del Cachón son mentira, lo apoyan en una visita realizada por la zona en la que las imágenes no dejan lugar a dudas. “Llevamos esperando cuatro meses, una reunión a cuatro bandas entre el Ayuntamiento, Grupo Alonso, la Junta y los vecinos, para tratar de buscar la mejor solución posible, pero no hay respuesta, nadie nos hace caso”, afirma Luis. Los vecinos han explicado a HORASUR que encargaron en su día un informe técnico sobre la mejor solución a la acumulación de aguas en la zona. “Después de pagar más de 5.000 euros por un completísimo informe, realizado por expertos, nos aseguraron que había que hacer un cajón de desagüe de 14 metros de ancho por dos de altura. Eso nos garantizaba la salida de aguas de manera adecuada”, apunta Luis, quien añade que por parte de Grupo Alonso, la alternativa que dan es la de un desagüe de dos por dos metros, “y eso es inaceptable”. CASOS SONROJANTES Entre los muchos casos que los vecinos han contado a HORASUR, figura el ya comentado de Carmen, con dos hijas de corta edad y que vive en la urbanización Los Cedros. Su casa esta pared con pared con la parcela en la que opera Grupo Alonso, que ha llegado a tener contenedores apilados a menos de dos metros de su casa. Tras varias reclamaciones, la empresa decidió levantar una pared pegada a su vivienda y cambiar los contenedores por planchas de hormigón y áridos. El trabajo de las máquinas y el polvo que levantan, ha obligado a esta madre a dejar a una de sus hijas, asmática, en casa de unos tíos. Su calidad de vida se ha visto reducida a un sufrimiento constante debido al ruido y al polvo. El mismo ruido y el mismo polvo que sufren todos los vecinos de Los Cedros, en mayor o menor medida. “Tenemos que baldear diariamente los patios, cerrar ventanas y puertas, poner toallas húmedas tras las puertas de la calle. Han convertido nuestras vidas en un infierno”, asegura Juan, trabajador a turno en el Puerto de Algeciras. “Cuando las inundaciones del 6 de marzo de 2011, un domingo, el agua llego a casi el metro y medio en la guardería de aquí. Si llega a ser un día laboral, hubiésemos tenido una desgracia, porque las maestras no habrían podido atender a todos los niños”, nos cuenta Luis, vecino y testigo de los hechos. Víctor nos cuenta las carreras cada vez que caen dos gotas. “Todos salimos pitando, cogemos los coches los sacamos de los garajes o de los aparcamientos y los subimos hasta la zona del Blumen. El agua sube en cuestión de minutos”.

La Colonia San Miguel no está dispuesta a aguantar "mas mentiras"