Están por todas partes

Están por todas partes
Muchas veces, demasiadas diría yo, se oyen críticas y quejas por el estado de aquella calle, ese jardín, el boquete, la acera, las pintadas o determinados solares. En una ciudad de 120.000 habitantes censados y más de 30.000 sin censar, pero que viven o pasan algunas temporadas en nuestras barriadas, lo normal es que haya musas cosas que hacer. ¿Y quién las hace? Pues unos hombres y mujeres de los que nadie se acuerda, y a los que se les falta el respeto en demasiadas ocasiones. Son los que forman las Brigadas, de vías y obras, de Emalgesa, de limpieza, de parques y jardines, de pintura…, son los que ponen guapa a una ciudad que nunca había tenido tanta gente en las calles preocupándose de ellas. Están por todas partes, y están trabajando, y de qué manera. Algeciras ha ganado en imagen y lo ha hecho gracias a una mano de pintura y un mantenimiento digno en limpieza, parques y jardines. Nunca Algeciras había estado tan verde, hay muros de la ciudad que jamás habían visto un bote de pintura, husillos que jamás se habían limpiado. Ellos, los miembros de las brigadas, son los que meten las manos en esas alcantarillas para desatascarlas, los que recogen la basura de nuestras calles, los que tienen que retirar las molestas cacas de perros de esos ciudadanos que pueden y deben hacer más por su ciudad. Estos trabajadores tienen que soportar en numerosas ocasiones, las críticas duras de los ciudadanos que al grito de “yo pago tu sueldo”, les acusan de no hacer bien su trabajo, de tomar café, o de no hacer lo suficiente, pero ellos día tras día, salen a la calle con sus herramientas a trabajar, expuestos a la crítica, pero sabedores que su labor aunque pocas veces reconocida, de vez en cuando se topa con una foto halagadora en el periódico de turno o en la red social. Son estos operarios los que mantienen la imagen de la ciudad, y mejor nos iría a todos si colaboráramos recogiendo la basura que dejamos en muchos rincones, o sacando al perrito bolsita en mano, o no haciendo pintadas, o cuidando el mobiliario urbano…, porque estos operarios son trabajadores de carne y hueso, y no hacen milagros. Están por todas partes y cumplen, vaya si cumplen. Mañana, cuando vean a uno de estos operarios, acuérdense que el trabajo que realizan lo hacen por usted, por sus hijos, por su ciudad, y piense de qué manera puede colaborar para que su trabajo, brille aun más. Ese brillo, es el brillo que necesita la ciudad. Gracias a esos trabajadores anónimos, gracias por hacer vuestro trabajo, y hacerlo muy bien por cierto.

Están por todas partes