ALGECIRAS. - José Cabello, ha sido nombrado Hijo Predilecto de Algeciras en un acto, en el que el galardonado estuvo rodeado de toda su familia, amigos y compañeros del Banco de Alimentos, con los que Cabello ha compartido infinitas horas de trabajo y dedicación a los demás. En la sesión, celebrada en el salón de plenos del Consistorio algecireño, Cabello jalonó su intervención, a través de recuerdos y anécdotas, toda una vida marcada por el servicio a los demás. El profesor, emocionado agradeció el gesto de la Corporación algecireña que, por unanimidad, otorgaba este meritorio reconocimiento en un reciente pleno. El presidente del Banco de Alimentos, organización a la que ha estado dedicado desde siempre, hizo alusión también a Algeciras, a esta ciudad que le vio nacer y de la que dijo, “no ha sido valorada en su totalidad, como se merece”, por eso, añadió: “trabajemos todos para conseguir una Algeciras que no sea la cenicienta de España”. “A Algeciras hay que defenderla, promocionarla y respetarla. Yo pido para Algeciras que trabajemos por ella aún con más ganas que con las que lo estamos haciendo”, defendió. Él mismo comentó que esa dedicación por el prójimo se inició en su más tierna infancia, influenciado por la generosidad que demostraban sus más allegados. De hecho, confesó que cuando su hijo, José Luis, le comunicó que le habían concedido el título que le reconocía como Hijo Predilecto, su mujer le recordó lo feliz que se sentiría su madre si viviera. “La bondad es una inversión a largo plazo”, mencionó durante su discurso. Por su parte, el alcalde, José Ignacio Landaluce, destacó del galardonado, al que llamó ‘el benefactor’, como “referencia y modelo para la sociedad”. Un nombramiento que, agregó, durante su discurso, “no requiere ni justificación ni defensa”. El acto concluyó, entre abrazos y felicitaciones del numeroso público que llenó el salón de plenos en una tarde inolvidable. Landaluce también expresó que ese reconocimiento que recibiera Cabello había sido unánime por parte de toda la Corporación confirmando que la solidaridad no entiende de color político