Un grupo de padres de alumnos de infantil del CEIP Mediterráneo, han mostrado su malestar por la ubicación que les han dado a sus hijos en el colegio. Los menores, de dos y tres años, deberán subir escaleras todos los días para entrar y salir de sus aulas, y para ir al servicio, ya que en esa planta no existen servicios adaptados para estos menores.

Se trata de un edificio de dos plantas para el ciclo de Infantil, cuya planta baja ha sido rehabilitada este verano por la Junta de Andalucía. Las clases son nuevas y todo perfecto. También disponen de baños habilitados al lado de las clases para que los pequeños puedan hacer sus necesidades de forma independiente como exige el colegio. Son inodoros más bajitos a los que pueden llegar con facilidad.

“Sin embargo la planta de arriba lo la han tocado y deja mucho que desear”, denuncian estos padres, que aseguran que el problema principal es que no tienen baños adaptados.

“Lo que nos encontramos es lo siguiente: en el servicio masculino no hay inodoros tan solo urinarios de pared a los que un niño de esa edad no llega. En el servicio femenino sí que hay inodoros, pero no son adaptados ya que son muy altos además de no tener ni taza. Con todo esto los niños no llegan a subirse sin ayuda, ni difícilmente pueden mantenerse sin nadie que los sujete, puesto que el boquete es enorme y caerían dentro”.

“Una profesora con 24 alumnos en clase y sin personal de apoyo, no puede dejarlos solos en un aula para ir a acompañar a uno al baño, ni tampoco puede dejar a un niño tan pequeño sólo por las escaleras para que vaya a la planta de abajo donde se encuentran los aseos habilitados”.

Desde la dirección del centro ya se han puesto en contacto con las administraciones para tratar de solucionar este problema.

Laura Ruiz, delegada de Educación, aseguraba a Horasur que esta situación debe ser resuelta a la mayor brevedad por la Junta de Andalucía ya que no se trata de obras de mantenimiento por averías, sino de cambios de los elementos para adaptarlos.

Espera Ruiz que estos padres tengan más suerte que los del CEIP Adalides, que llevan más de seis años con solo dos servicios para un total de 150 menores.