Nada más y nada menos que 2.000 millones de euros en fraudes con los fondos de formación para parados procedentes de la Unión Europea, es lo que estima la UDEF que ha estafado, birlado, robado, defraudado, la Junta de Andalucía junto a sindicatos, empresas fantasmas, patronal y amiguetes aficionados a la cocaína y a las mujeres de vida alegre. Esto hay que unirlo al fraude de 1.000 millones de euros en el tema de los ERES, escándalo que parte de un pequeño lio de facturas falsas en Mercasevilla, pero que ha destapado también la Operación Madeja, que llega hasta el mismo corazón de las sedes del PSOE e IU en Algeciras, aunque de esto hablaremos la semana que viene, que por cierto, viene calentita. Resumiendo, que entre Madeja, Mercasevilla, Eres y ahora fondos de formación, la Junta de Andalucía le ha robado a los pobres, a los parados andaluces, la friolera de 3.000 millones de euros, y encima tienen la poquísima vergüenza de mirar a Madrid y decir que todo obedece a una “causa común” contra la Junta de Andalucía. No se puede tener más cara. Griñán, nada mas destaparse el escándalo de los ERE, dijo que todo era cuestión de “cuatro golfos”. Los “cuatro golfos” van ya por 144 imputados entre ex ministros, ex consejeros, directores generales, altos cargos, y funcionarios, todos ellos del PSOE, y también de UGT y CCOO, sus grandes aliados en este robo masivo, los mismos que cuando el PP ganó las elecciones en Andalucía, porque parece que nadie se acuerda que Javier Arenas ganó, pidieron a gritos a PSOE e IU que frenaran a la derecha. Clarinete, el PP hubiese descubierto el entramado en cuestión de horas, habida cuenta de la magnitud, pero sobre todo del descaro con el que lo hacían. Con todo, lo más triste no es que la Junta de Andalucía, el PSOE, UGT, CCOO o sus aliados de IU hayan asaltado y saqueado a los parados, lo más grave es que una parte muy importante del pueblo andaluz, no solo lo ampara, sino que lo justifica y lo ve como algo natural, “lo hacen todos” dicen los muy sinvergüenzas, porque eso es lo que son los que amparan y dan cobertura a estos corruptos, unos sinvergüenzas. El pueblo que se va de marcha por la dignidad a Madrid, pasa de largo por Sevilla; el pueblo que rodea la sede del PP en Génova por Bárcenas, no sabe ni donde está la sede del PSOE en Andalucía. El pueblo andaluz que se indigna cuando lo llaman “subvencionados”, es el mismo pueblo que vive de esos 3.000 millones defraudados, y todo por un puñado de votos para mantener en el poder a los mayores ladrones de la historia de España. Y todo, permitido por un pueblo que lleva 35 años legitimando democráticamente la corrupción en Andalucía desde los tiempos de Juan Guerra. El pueblo, también se equivoca.