La presidenta de la asociación, Lola Perea, ha señalado que el padre de uno de los niños "está ahora mismo en Varsovia para entrevistarse con la embajadora de Ucrania y ver dónde se podrían recoger nuestros niños. La frontera de Polonia está muy saturada y con mucha dificultad y nos dicen que lo mejor podría ser por Moldavia".

Pese a todo, Lola Perea ya ha recibido la certeza en sus constantes comunicaciones telefónicas de que una parte de los niños acogidos por la asociación no podrán salir del país: "Los que están en el norte, que son 22 niños, ya nos han dicho que es imposible, porque les han bombardeado hasta los puentes".

La presidenta y los miembros de la asociación, la mayoría de ellos instalados en el Campo de Gibraltar, se mantienen en vilo en las últimas horas y esperando saber si pueden sacar a sus niños de las garras de la guerra, esperando "que los rusos respeten el cordón humanitario".