ALGECIRAS. - Manu Sánchez no es un cómico cualquiera, no es de los que llegan, sueltan su monólogo más o menos gracioso y se va entre aplausos. No. En cuanto las luces del teatro empiezan a bajar anunciando el inicio de la función, el público guarda un silencio solo comparable al que provocaba Curro Romero en la Maestranza. Es el único momento de silencio de la noche.

"Yo fui el que dijo que hacían falta carriles bici en Algeciras, yo soy el que le hace los cambios a Benítez...", es la carta de presentación del Último Santo, este demonio con clase que en dos funciones ha provocado las risas interminables de los espectadores que han llenado las dos funciones que el de Dos Hermanas ha ofrecido en la ciudad.

No ha defraudado con una puesta en escena muy acorde con la obra, una iluminación muy bien conseguida, y un Manu que no baja el listón en ningún momento de sus más de dos horas de monólogo. Satán recibe el encargo de su "Padre" de llevar al mundo al Juicio Final y pide a cambio ser nombrado el Último Santo. Petición concedida y juicio hilarante repasando los siete pecados capitales con continuos golpes que no dejan espacio para la relajación.

Al final, el público entregado, volcado, saliendo del teatro con una sonrisa de oreja a oreja y repitiendo los chistes y ocurrencias de este genial cómico, actor, presentador, contador de historias, que donde va, triunfa. Y no es para menos.

El alcalde, José Ignacio Landaluce, acompañado de Pilar Pintor, felicitó al protagonista en los camerinos y aprovechó para subrayar “el esfuerzo que seguimos haciendo desde la Delegación de Cultura por traer a la ciudad actividades de calidad y convertir Algeciras en esa ciudad de cultura y entretenimiento que todos queremos”.