(0-2) Un brócoli mecánico y efectivo toma el Mirador
23/02/2014 | 23:38
ALGECIRAS. - Segunda derrota consecutiva del Algeciras, segunda en casa de la temporada y una sensación extraña en la parroquia rojiblanca. El Tourmalet que arrancó en Lucena y que acaba en Albacete está siendo demasiado duro para los hombres que visten la elástica rojiblanca, si bien es cierto que en cuanto a entrega nada se les puede reprochar. Afortunadamente la clasificación sigue siendo cómoda y la permanencia está muy cerca.
El duelo ante el conjunto murciano, que jugó con su famosa y fea elástica del brócoli, demostró varias cosas. La primera es que La Hoya no es líder por casualidad, la segunda que Sanlúcar también tiene ataques de entrenador y la tercera que, más allá de las críticas al once inicial, con la sorpresa de Pedro y la no inclusión ni siquiera en la convocatoria de Javi Fernández, el rival es mejor equipo que los que residen en La Menacha y por eso se llevaron los tres puntos. Todo ello, además, sin realizar una exhibición de eso que llaman ahora fútbol moderno. Más bien el trabajo de los murcianos se define como maravilloso para la categoría y de los que, al final, acaban con éxito. En muchas facetas, con las lógicas diferencias, recordó al mítico equipo que entró en el Mirador, el malogrado José Luis Montes.
El cuadro de Campos fue efectivo en la primera parte y demostró, sin extrediccencias aunque con suficiencia y efectividad, que es el mejor equipo del grupo. Probablemente no el más brillante pero si el que más claro tiene a que juega. Además, son auténticas balas y por si falta algo arriba están Pallarés y Francis para no perdonar las ocasiones que generan sus compañeros.
Ante esto se plantó un Algeciras que ofreció lucha, ganas y corazón. De hecho, aunque parezca un contrasentido, dominó la mayor parte del primera acto aunque sin hacer daño. Mario, muy activo en los primeros minutos, amenazó con gol olímpico en el minuto 2. En el 13, en una estrategia Pedro primero y Carlos Fernández después no acertaron en una muy buena posición.
Los murcianos, eso si, se desplegaban con rapidez y sobre todo con Pallares y Carlos Martínez causando muchos problemas. El líder no perdonó y en el 18 Armando recorrió más de 40 metros sin que nadie le saliese al paso, cedió a Francis que estaba ya encarando a Romero, el gato hizo el milagro pero su rechace fue a pies de Pallarés que no perdonó. Tocaba remarar río arriba y en este caso la tarea era hercúlea. Siguió acechando el marco de Alberto el cuadro local, aunque sin concretar su dominio. Fue entonces cuando una pugna entre Parada y Pallarés, siempre él, acabó con el de Villamartín en el suelo en lo que pareció una clara falta del rival. El trencilla, muy mal, no opinó lo mismo y el goleador se plantó ante Romero para poner el segundo pese a que el sevillano llegó a tocar la pelota.