(1 - 0) El derbi se queda con el que más lo necesitaba
18/11/2013 | 02:16
LA LÍNEA. - El duelo de eterna rivalidad se lo llevó la Real Balompédica Linense. El equipo que comparecía más necesitado y que se quedó con tres puntos que le meten, si es que alguna vez se salió, en la pelea por los puestos altos. El Algeciras, de más a menos, se va del Municipal, que registró una buena entrada aunque no la esperada, con la sensación de que pudo aprovechar mejor su cómoda posición.
Nunca se sabrá ya que habría ocurrido si Alfaro, de nuevo batallador aunque sin definición, hubiese batido a Mateo en el minuto 13. El mejor del partido, de largo, fue el ¿lesionado? Juampe. El tarifeño, junto a un inconmensurable Chema Mato y el trabajo de Merino y Carlos Guerra, fueron los bastiones sobre los que se asentó un equipo que demostró experiencia, calidad en algunos de sus hombres y también que no pasa por su mejor momento. En un duelo muy cerrado quizás puso algo más que su rival y no es injusto, ni mucho menos, su victoria como tampoco habría sido extraño el 0-0 al final. Poca calidad, la que puso Juampe, muchos nervios, precipitación y falta de ideas en los visitantes para encarar una segunda parte que, salvo por la emoción del marcador, sobró.
La conclusión final es que ríen los balonos, aunque para nada sobrados, y los algeciristas están satisfechos con la clasificación de su equipo, pero pensando que pasó una buena ocasión para morder a su rival por antonomasia al que, por cierto, sigue sin marcarle un gol en Segunda División B cuando los duelos se disputan a los pies del Peñón
Arrancó el partido, como se esperaba, con la Balona apretando y jugando a favor de viento. En el minuto tres un centro de Sergio Ortiz se envenenó y tras tocar en la cabeza de Parada acabó en el travesaño el marco defendido por Romero.
Ese susto pareció espolear a los de Sanlúcar que mantenían sus ejes básicos. Presión, entrega y rapidez arriba. En una de esas, cuando el juego estaba sin definir, llegó un pase en profundidad de Pedro sobre Alfaro que, al igual que ante el Arroyo, encaró sólo a Mateo. La parte de preferencia que ocupaba la parroquia rojiblanca se levantó, pero el delantero miró al asistente, a un lado y otro del campo, perdió un tiempo precioso, y su disparo, al muñeco fue repelido por el de Jimena.
Esto pareció atemorizar a la Balona que, no obstante, siempre encontraba desahogo en Juampe y en la clase de Mato. El tarifeño lo intentó en el 25 pero su remate salió alto. El trámite del partido, con mucha pelea, se asemejaba más a lo que quería Sanlúcar que a lo que pretendía su rival, si bien los de casa cercaban las inmediaciones de Romero con sensación de peligro, especialmente a balón parada. Como en todo clásico no faltó la polémica y tanto Parada como Sergio Ortiz pudieron enfilar, perfectamente, el camino de vestuarios antes de tiempo.
En el 34, en una trabajada jugada de estrategia de los linenses Olmo fusiló al meta algecirista que respondió con un paradón y cuatro minutos más tarde, tras una secuencia de varios saques de esquina desde la izquierda, Carlos Guerra se encontró con el balón dentro del área, remató y el esférico, tras tocar en la zaga, fue a caer a los pies de Hugo Díaz que sólo tuvo que empujar a la red ante el delirio del municipal.