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De Segunda B

FUTBOL. FASE DE ASCENSO

(1-3) Un lugar de La Mancha para la historia algecirista

(1-3) Un lugar de La Mancha para la historia algecirista

La afición rojiblanca invade el Paquito Giménez y festeja por todo lo alto el ansiado ascenso a Segunda B. Ni contra 10 pudo el Socuéllamos, que se encontró un rival imponente. Dos goles de Antonio Sánchez y uno de Álvaro Benítez certifican la victoria.

La felicidad era esto y estaba en La Mancha. En un lugar de cuyo nombre, Socuéllamos, sí querrá acordarse el algecirismo. Un sitio de mucho calor, hasta 45 grados, y en el que había un recinto, el Paquito Giménez, que acabó convertido en un pequeño Mirador gracias a ese medio millar de locos, pudieron ser más pero la directiva local no quiso, que profesan esta fe, insistimos, no traten de entenderlo. Él que no lo sienta, él se lo pierde.

El Algeciras de Fajardo, habrá que rendirse a un entrenador al que los resultados, que es lo que manda, han elevado a los altares del algecirismo, ya tiene lo que tanto ansiaba. “Fajardo vete ya” cantaban los jugadores, una vez consumado el ascenso, con mucha guasa. Todo ello en un mar de lágrimas y camisetas rojiblancas que ponían punto y final a una travesía de tres años que parecía no tener fin.

Y es que el tan anunciado infierno del Paquito Giménez sólo lo fue en la temperatura y en un césped sintético gastado y que abrasaba. Luego, a la hora de la batalla, fútbol se puede hacer poco, el cuadro de casa, pese a la intensidad y algunas malas artes, no pudo nunca con un equipo que se ha mostrado intratable en la fase de ascenso, esa en la que estaba inmerso desde hacía más de seis semanas.

Un grupo de jugadores que, sin duda, han demostrado compromiso, ambición y calidad, cuando peor pintaban las cosas. Es un ascenso de los más inesperados, por ello la celebración se anuncia brutal. Socuállemos ya está en la Centenaria historia algecirista como Barbastro, Cádiz, Conil u otros, pero en este caso con muchos matices y lecciones que se deberían aprender. Ni se asciende en noviembre, ni se pierden las promociones en navidades.

Bien está lo que bien acaba. Ahora toca disfrutar y trabajar rápido, para evitar errores del pasado. La categoría asusta e ilusiona por igual. No sólo vuelve el clásico, apunten a groso modo, Recreativo de Huelva, Córdoba, Mérida, Cartagena y así todos. De locos y donde debe estar este equipo.

Esto, querido lector, debería ser una crónica más de un partido, pero entenderán que la felicidad algecirista lo embarga todo. El choque fue como se esperaba. Balón aéreo, pelea y choques.  Cerpa se lesionó en el ocho, Tote se mareó y fue el susto de la mañana, a Pablo de Castro lo expulsaron en el 25 y en el 29, el Algeciras ya había agotado dos cambios. Josemi y Benítez tenían que asumir galones. El Socu buscaba a Megías y Belencoso como sino hubiese nada más en el mundo. El primero tuvo un buen remate de cabeza en el arranque.

Fajardo no especuló ni en el inicio, Karim y Antonio Sánchez titulares, ni con 10. Ambos estuvieron en el campo hasta la recta final. Juanjo pudo marcar en el 19, también Antonio Sánchez en el 34. Es decir, nada de conservar. Mucho calor, interrupciones y sustos , dejaron un primer tiempo sin ritmo pero con intensidad. En el minuto 40 llegó una falta que Ganet, eso parecía, podría intentar colocar dentro como en Jaén. Nada más lejos de la realidad. Pizarra de Fajardo, Juanjo que aparece por detrás de todos y Antonio Sánchez que la manda a la red. Mazazo y, en principio, todo visto para sentencia. Megías, en el 50, se descontaron seis minutos por las interrupciones y la parada para beber, comprendió que aquello era misión imposible. Tras una mala salida de Romero, que fue valiente durante todo el partido pese a la multitud de balones colgados, remató a bocajarro y en la línea apareció, otro de los héroes del ascenso, Borja Vicent.

A placer

El Paquito Giménez estaba mudo, en realidad sólo se escuchaba ya a la parroquia algecirista. El segundo tiempo comenzó con gol local. Borja, en la primera pelota que tocaba, la mandó dentro. Fue un espejismo. Los diez hombres que portaban la sagrada prenda rojibanca, se multiplicaban al mismo ritmo que los suyos cantaban y botaban. Hasta se permitían el lujo de jugar, tocar y atacar. José Carlos hizo dos de las suyas, Antonio Sánchez, perdonó una. No lo hizo Benítez, otra vez anotando como ante el Tropezón y la fiesta ya fue total. El killer, Antonio Sánchez, puso la guinda en el último minuto cuando ya la invasión del césped era casi total.

El Algeciras, otra vez, está en Segunda B. La categoría que como poco merece y que tanto costó recuperar. Sí, la felicidad era esto y estaba en un lugar de La Mancha de cuyo nombre siempre se acordará el algecirismo.

Alineaciones:

U.D. Socuéllamos: Luis Arellano; Zurdo, Jacinto, Jesús García (Borja, 45’), Megías, Belencoso (Acevedo, 45), Kike Domínguez, Parada, Garrido, Ramón y Marc (Toboso, 58’). 

Algeciras C.F: Romero; Juanjo, Pablo de Castro, Borja Vicent, José Carlos; Antoñito, Cerpa (Josemi, 8’), Ganet, Tote (Álvaro Benítez, 29’); Karim (Álvaro Benítez, 73’) y Antonio Sánchez.

Goles: 0-1. Min.40. Antonio Sánchez. 1-1. Min.46. Borja. 1-2 Min.79. Álvaro Benítez. 1-3. Min.88. Antonio Sánchez. 

Árbitro: Jorge López Santos. (Tenerife). Expulsó al visitante Pablo de Castro por doble amarilla en el minuto 28. Por los locales vieron la amarilla Garrido (5’), Jesús García (41’), Marc (58’). Por parte algecirista Tote (25’), Borja Vicent (54’)

Incidencias: Paquito Giménez.  Unos 2.500 especctadores. De ellos medio millar llegados desde Algeciras que al acabar el partido festejaron el ascenso con sus jugadores en el césped. También intercambiaron aplausos con la afición local que reconoció la superioridad del rival.

(1-3) Un lugar de La Mancha para la historia algecirista