Una fiesta completa. Eso fue lo que se vivió en el Nuevo Mirador. Si durante toda la temporada el santuario algecirista está siendo un referente de la maravillosa Primera RFEF Footters, el día de la visita del Barça B sólo podía subir el nivel y a fe que lo hizo.

La grada, con el fondo sur como eje de todo, y un equipo atrevido, entregado, valiente y luchador, se aunaron en perfecta comunión para doblegar a la ingenua, a veces, pero cargada de talento, cantera culé que entrena Sergi Barjuán. La semana había sido especial y el remate fue por todo lo alto. Para que nada faltase en los ingredientes que siempre acompañan a un equipo y una afición, basta de ya de tópicos caducos que muchos han estado siempre, también hubo su sufrimiento final. Sobre todo tras el gol olímpico, parece que es un axioma en estos duelos, de ese diablo que es Matheus Pereira. Pese a ello, los tres puntos, son ya 33, se quedaron en casa.

Con un ambiente así, el choque no podía comenzar de otra manera más que con un Algeciras lanzado sobre el fondo norte. Y eso que los problemas en el lateral derecho parecen no tener fin. Alex Robles hizo el calentamiento pero en su lugar salió Natera. El canterano se lesionó en el minuto 19 y Duarte, no había más, salió a tapar a Zacarías Ghailán primero y luego a Akhomach. El malacitano cumplió, con creces. Mención aparte merecen Crespo, otra vez salvador más allá del gol, y Van Rijn. El caso Robin, a la espera de su salida del club, ya tiene solución en el campo.

Los locales arrollaban a su rival que, como es marca de la casa, querían salir jugando desde atrás. En el siete, Romero, muy activo, lo intentó desde fuera del área y Carevic mostró sus cualidades. En el 15, Borja, en buena posición, intentó una rosca que no salió y fue a las manos del de Montenegro. 

Avisaron los de Sergi con una buena llegada por banda de N´Diaye que con Zacarías eran un incordio. Escobar no encontró puerta de milagro. El Barça, poco a poco, fue adueñándose de la pelota pero sin crear excesivo peligro ante el marco de Crespo.

Las revoluciones bajaban, pero el cuadro algecirsta sabía, perfectamente, el momento de aumentar la presión. En el 28 un error en salida, dentro del área, de Jandro Orellana, sirvió para que el más listo, Romero, le robase la cartera y el mediocentro derribo al sevillano. Pena máxima y gol del pichichi.

Tuvo una contra el cuadro algecireño para sentenciar pero, curiosamente y por una vez, Roni y Romero no se entendieron. El descanso llegó con buenas sensaciones para los de casa aupados por su gente.

Un manicomio y mucha intensidad

No espero más el ex lateral izquierdo del Barca, ahora entrenador, y dejó en la caseta a Fabio, calidad y bisoñez a partes iguales, y a Escobar. Al césped Rodado, que reaparecía y el extremo que ha encandilado a Xavi, el hispano marroquí, Akhomach. Toda una declaración de intenciones de los chavales culés que salieron dispuestos a empatarlo, cuanto antes.

Zacarías se fue de Duarte y cuando se disponía a fusilar a Crespo, apareció, no se sabe de donde, Van Rijn para interponerse en la trayectoria del balón. En el 62, Matheus, cuyo talento está fuera de toda duda, puso un balón de gol a Rodado. El ex del Ibiza, que perdona pocas, remató a escasos metros del marco pero Crespo, como en Andorra, estuvo de dulce y evitó la igualada.

No perdonó Roni tras una nueva presión alta en la salida de balón. Esta vez fue Ramos Mingo y otro joven de talento, pero este de Algeciras, Leiva, se la llevó, cedió al asturiano y en el mano a mano el nueve, no perdonó. El Mirador, a partir de entonces, fue un bendito manicomio. La gente se lo pasaba en grande y el equipo de la Ciudad Condal acusó el golpe.

Claro que cuando hay tanto talento y calidad un chispazo vale para retornar al partido. Los culés, que de nuevo perdían por dos goles como ante el Costa Brava o el Castilla, se fueron arriba con todo. Matheus, desde la esquina, cortó la respiración a la parroquia algecirista.

Quedaban 10 minutos, fueron 15 con la prolongación, y Ania metió refresco. Pepe Mena y los debutantes Renato y Bueno. Pero el que cambió todo fue Luca de Vega. Hasta el final, con la grada ahora empujando y dando fuerzas a los suyos, hubo una falta para Matheus y un par de córners pero la realidad es que la victoria, otra más, se quedó en casa.

El Mirador, como ya dijo algún que otro entrenador, gana partidos cuando se pone. Lo ha hecho en categorías más modestas que esta, como no lo iba a hacer el día de la visita de un ilustre. Y es que, ya lo saben, somos un equipo.....

Ficha técnica:

Algeciras CF: Iván Crespo; Natera (Duarte, 19'), Van Rijn, Mariano, Tomás, Borja, Ferni (Renato, 75'), Iván (Pepe Mena, 75'), Roni, Romero (Bueno, 75') y Juan Serrano (Leiva, 63').

F.C. Barcelona B: Carevic; Álvaro Sanz (Dionkou, 77'), Ramos Mingo, Mika Mármol, Ndiaye (Lucas, 77'), Matheus, Kays Ruiz (Peque, 77'), Jandro, Escobar (Rodado, 46'), Zaca y Fabio (Ilias Akhomach, 46').

Árbitro:. Marta Huerta de Aza (colegio tinerfeño). Amonestó a los locales: Tomás, Juan Serrano, Roni e Iván y a los visitantes;  Jandro, Matheus, Ramos Mingo, Kays Ruiz, Álvaro Sanz e Ilias.

Goles. 1-0 (28') Romero, de penalti. 2-0 (65') Roni,. 2-1 (81') Matheus, de córner directo.

Incidencias: Encuentro correspondiente a las 22ª jornada del grupo II de la Primera RFEF, disputado en el estadio Nuevo Mirador de Algeciras ante más de 6.000 espectadores. Casi lleno.