(2-1) El Algeciras lo pone todo pero se queda sin premio en el último minuto
27/09/2015 | 16:31
SEVILLA. - El fútbol siempre hace justicia y unas veces te da y otras te quita. La balanza siempre se equilibra y de momento, sin que suene a excusa, al Algeciras le debe una. En Sevilla el cuadro de Mere hizo muchas cosas bien para, al menos, no perder. Al final de la primera parte y al término del partido el equipo del Mirador se dejó los tres puntos ante el filial hispalense y sigue sin puntuar lejos de su templo.
Algunas críticas se centran en los cambios realizados por el entrenador pero habrá que mirar el desgaste físico, el cansancio, las molestias de Santi Luque, enorme su partido, y la poca aportación, con excepción de Joselu que peleó, de los que entraron de refresco, sin que ni mucho menos queden señalados.
El Algeciras perdió un partido que, como poco, mereció empatar y que pudo, perfectamente, ganar. Un último córner, sin Alvar Herrero ya en el campo, dejó los puntos en casa. En la segunda mitad los de Diego Martínez apenas inquietaron, salvos los ocho últimos minutos, a Josemi. Pero en Segunda B los detalles cuentan y penalizan. El cuadro algecirista, vestido de verde para la ocasión, lo pudo comprobar de forma cruel. No osbtante ese es el camino.
Arrancó el partido en la calurosa mañana sevillana con un Sevilla Atlético asustando. Especialmente Matos por banda izquierda hacía daño. Sin embargo la reacción de los de verde fue contundente. En el minuto 11 Adri Gallardo, que sigue negado de cara a gol, pudo poner en ventaja a los suyos pero el citado Matos sacó bajo palos.
El partido tras un disparo de Cristo Díaz, que se marchó fuera pegado al palo, entró en una dinámica de toma y daca. Entretenido y con ritmo pese a las altas temperaturas. Santi Luque, una vez más, demostró su calidad. Había avisado en un par de ocasiones y en el 37 se marcó una jugadada maradoniana que acabó con un remate que repelió José, no supo remachar Gallaro y el malacitano la mandó a la red. En ventaja y con ocho minutos por jugar todo se ponía de cara. Sin embargo, un recorte de Borja, en el interior del área, acabó con un derribo de Iván que fue inapelable. Penalti y Carlos Fernández que, en el 41, no perdonó.