(2-1) El líder en estado puro
16/11/2014 | 22:08
J.L.C. (Algeciras). - El Algeciras sigue al mando de la tabla y ahora con cuatro puntos de ventaja sobre el Gerena. Esa es la realidad y lo que cuenta al fin y a la postre, aunque para llegar a ello tuvo que sufrir de lo lindo, lo habitual en su dilatada y centenaria historia, en una de esas tardes que tanto gustan a la parroquia rojiblanca. Tuvo suerte -no está de más- fe, trabajo, confianza y ganas de vencer un partido áspero, duro, de Tercera puro y duro. Sin brillantez, sin ritmo ya que no lo permitío el árbitro y la Lebrijana, pero con ese corazón rojiblanco que vale para sumar seis triunfos consecutivos, 13 semanas sin perder, y abrir más brecha con el segundo clasificado. El Algeciras en estado puro y es que, se quiera o no, el gen de la casa indica que es mejor lo vivido en el templo de La Menacha, gusta más, que un 4-0.
El duelo, como la tarde, comenzó frío. Y eso que el ambiente, sin llegar a lo del Gerena, era bueno y confirmaba que la parroquia va a acompañar a los de Mere en la travesía que, esperemos, tenga final feliz. La Lebrijana, que llegó con tres victorias consecutivas, se mostró como un equipo atrevido, presionando arriba, y con cierta sensación de peligro en ataque. Maniató, durante bastante tiempo, a Iván yJavi Chico, y cortó el juego con faltas y enmarañando el mismo. Un equipo de toda la vida, serio, pero que, en defensa, flaqueó.
El cuadro de Mere, por momentos, logró combinar y llevar el balón de una banda a otra pero sin estar cómodo. En el 13 Willy, otra vez destacado, lo intetó desde la frontal. La respuesta visitante fue contundente. Un remate de cabeza, tras saque de esquina, del goleador Jesús los repelio Josemi, de nuevo impecable, pero el balón acabó en la red empujado por Selu. Cierto es que el árbitro había pitado antes.
El susto pareció espabilar a los de casa que, aún sin continuidad, apretaron un poco el acelerador. En la mejor combinación de primer acto Willy abrió a Antonio Jesús, que se incorporó como un avión por la izquierda para poner un centro medido que Iván, sólo, mandó de cabeza a la red. Cuestión de calidad y pegada.
El líder ya mandaba a los 27 minutos. Hasta el final, el equipo rojiblanco pudo sentenciar. No es que fuese un vendaval pero de manera aislada caían ocasiones ante la inseguridad del meta. Gabri y Benítez, el central tras otro error del portero, pudieron aumentar la cuenta antes de ir a la caseta.