(2-1) El UCAM pone fin al sueño copero de los algeciristas
09/09/2015 | 23:42
ALGECIRAS. - El segundo trago de la Copa del Rey fue amargo para el Algeciras. La dificultad, se sabía, era máxima y la lógica, esta vez, se impuso. Pocos reproches al cuadro de Mere, aunque hubo algunos futbolistas más acertados que otros, en cuanto a la actitud. El conjunto algecirista perdió, simplemente y salvo mejor opinión, por una cuestión de superioridad. El UCAM, en estos momentos, es mejor que su rival que, no obstante, lo peleó, incluso con 10, hasta el último instante aunque ya con poca fe. Este año, se sabía desde el sorteo, el torneo del KO era una cuesta muy empinada de subir, pese a la euforia de Melilla.
El partido arrancó sin tregua. El UCAM no tardó en avisar y demostrar su potencial pero se encontró con el buen hacer del meta algecirista Christian Arco que salvó a los suyos en varias acciones. Las dos primeras en los minutos cuatro y cinco. Son y Manolo no pudieron con el granadino en la misma jugada y también Higinio, un peligro hasta que se lesionó, en una buena acción de Carlos Rodríguez.
La velocidad de los universitarios permitía ganar la espalda, especialmente por la izquierda de la zaga rojiblanca en la que Mario intentaba acudir en auxilio de Suso. En el 13 de nuevo Carlos Rodríguez obligó a trabajar al portero. Y cuando el temporal no amainaba apareció la calidad de Santi Luque. El malacitano se fue de todos y se plantó ante Escalona que evitó el tanto. Los de Mere avisaban, si bien sufrían en los balones largos. La presión adelantada no daba frutos. En el 21, otro pase en profundidad permitió a Son plantarse sólo ante Arco que, de nuevo, evitó el tanto. Ya no pudo en el 24 ante Higinio que ganó en velocidad a todos. Se veía venir y eso que el Algeciras, cuando tenía el balón, no lo rifaba pero parecía que el ritmo no era el adecuado.
Sólo Luque y el aguante de Mario, así como la firmeza de Benítez evitaban males mayores. Lo de Arco ya está dicho. Y cuando peor pintaban la cosa apareció el talento de Luque. El interior puede que sea intermitente, es muy joven, pero tiene algo que en el fútbol es vida: descaro y habilidad para el regate. En el 30 se plantó en el interior del área, ahí donde algunos tiemblan, busco compañeros no los encontró y entre una maraña de jugadores depositó el balón, con un toque de calidad, en la red de Escalona. Tablas y vuelta a empezar.
Hasta el descanso los rojiblancos controlaron algo más aunque tras la lesión de Higinio, al que sustituyó nada menos que Pallarés, fue Son el que de nuevo se encontró con el arquero del Mirador. El descanso, tras un cabezazo del batallador Joselu, llegó en buen momento para la visita.