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ALGECIRAS. - "Hemos jugado diez minutos horrorosos", "he sufrido desde fuera ya que los he visto correr como posesos", "en ese vestuario hay orgullo y yo si fuese el Cartagena no estaría tranquilo". Querido lector que se acerca hoy a esta su barra con la Estrella Galicia de cada semana no piense que estamos locos. Esas afirmaciones son de Manuel Sanlúcar tras la primera derrota en casa ante el Sevilla Atlético. Un partido raro, complejo de explicar y que supuso el fin del fortín del Mirador. Otra vez un filial y en jornada previa a jugar "ante un equipo que viste de blanquinegro", como recordó el de Bornos para asimilar la situación al último tropiezo en casa, hasta ayer, con el Córdoba B y la siguiente salida a Mairena. El algecirismo, a veces tan cainita, pensará que esto es el principio del fin. Ya no cuenta lo de la Real Sociedad ni la excelente primera vuelta que se está marcando el equipo. Sin embargo, no cabe el tirar de tópicos y mientras no se demuestre lo contrario, hay que confiar en ellos. El equipo no acusó, al menos mientras hubo partido, el cansancio por lo del viernes, mereció marcar en la primera media hora y el fútbol, ese deporte tan grande, tenía guardada una mala noche para uno de los hombres que más honradez ha demostrado vistiendo la sagrada prenda rojiblanca como es Mario Pérez, y no por el penalti, ese lo falla el que lo tira. Luego, en diez minutos "horrorosos", como bien reconoció el míster, todo se vino abajo ante un rival con calidad y que aprovechó su velocidad y el desconcierto generalizado. Casi sin darnos cuenta el 0-3 estaba en el electrónico y tan sólo quedaba apelar a la heróica, no era el día e incluso pudo acabar en tragedia. Dicho esto, el vestuario debe sentir, ahora con más motivos, que no está solo. Especialmente, y saben los fieles de las reflexiones en la barra saboreando la Estrella Galicia que no escondemos críticas, por la manera en la que se produjo la derrota. El que no estuviese en el Mirador puede pensar que aquello fue un baile, nada más lejos de la realidad. Cierto que luego, en la segunda parte, pudo ser peor, pero ya era todo o nada. Estos cochinos se han ganado el crédito más que sobradamente, y lo más importante es que la distancia con el descenso sigue siendo considerable, aunque obviamente ahora el margen de error es menor. El sábado Cartagena, el miércoles Anoeta y el 22, para acabar el año, La Roda. El partido que ahora se vuelve a convertir en importante para mantener el colchón, aunque ojo "yo que el Cartagena no estaría tranquilo", Sanlúcar dixit. La Estrella Galicia de hoy a buen seguro que sirve para llevar mejor el primer tropiezo del año en casa. La zamarra de la copa decía Fuerza y Honor, en ese equipo también hay orgullo, mucho, y los grandes son los que se levantan.