Maiquez lucha un balon desde el suelo
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LA RESACA

La hora de los hombres

La hora de los hombres

El Algeciras se queda sin margen de error pero depende de sí mismo para salvarse

ALGECIRAS. - Arrancamos nuestro Hyundai que sigue al máximo de prestaciones y con una seguridad de primer nivel. El paseo por la ciudad, a bordo de nuestro coche, para llevar a cabo el análisis de la situación del Algeciras viene con curvas. Al lío.

El descenso acecha y ya no hay margen de error. Quedan siete jorandas de pasión, y eso que la Semana Santa ya ha terminado, para salvar la categoría y quizás el futuro de la entidad. La derrota ante el Recreativo de Huelva, que con poco se llevó mucho, ha disparado la alarmas entre la parroquia algecirista, que por cierto debería responder algo más y luego si quiere criticar. El fantasma de hace dos temporadas vuelve a la palestra y con partidos como el del pasado domingo el equipo tampoco ayuda a espantarlo.

Suele utilizarse en fútbol una frase muy manida, de las muchas que existen, pero que en determinadas situaciones define claramente el escenario que se atisba en el horizonte cercano. Es la de diferenciar a los hombres de los niños. Pues ha llegado la hora. 

El equipo, con todas sus unidades, debe dar un paso al frente y tomar las riendas de una situación que está complicada al máximo pero que tiene, aún, una ventana para la esperanza. Y es que nuestro Algeciras, por ahora, sigue dependiendo de sus resultados para lograr la permanencia y además debería tener en El Mirador, sin menoscabo de los partidos que se disputen lejos de sus muros, la oportunidad de amarrar la ansiada y sufrida, como no, salvación.

Se quiera o no son inevitables los cálculos y los números. Esos apuntan, siempre con la ilógica del fútbol, a que los de Mere, de nuevo en boca de sus detractores por la eterna presencia de Manzano en el equipo y por algunas decisiones que no gustan a determinados sectores, les puede valer con ganar tres partidos para cerrar el asunto. Claro que hay que ganarlos. Aún restan cuatro en el santuario del algecirismo.

La gestora, que también se ha llevado sus críticas por no controlar la situación con la afición del Recre y su ubicación en una zona de habituales rojiblancos aunque no hubo incidentes debido al buen comportamiento de la gente, intenta buscar dinero debajo de las piedras. Ante el Decano, pese a la buena intención, se subió el precio de las entradas y eso se dejó notar en la presencia de algeciristas, cierto es que cuando no se quiere cualquier excusa es buena. 

En definitiva que las curvas, aunque las afrontemos con la seguridad y firmeza de nuestro Hyundai, han llegado y no queda otra que gestionarlas de la mejor manera posible. 

El abismo ya está aquí, ahora es tarea de todos, ojalá que el máximo de gente se implique, evitarlo, pero principalmente de los que visten la sagrada prenda rojiblanca y del cuadro técnico. Es la hora de demostrar la diferencia entre hombres y niños. Mañana es tarde.

La hora de los hombres