Los de Mere, en busca de los tres puntos
Mere y Chamorro en un entrenamiento. Foto: Horasur

Lecciones y criterio

Lecciones y criterio
ALGECIRAS. - La Resaca de la octava jornada no puede ser más feliz. En este día festivo el algecirismo aún celebra la toma del Romano y sobre todo que su equipo está en mitad de la tabla en este durísimo y competitivo grupo IV.  Desde esta humilde columna, gracias por el seguimiento, nunca en estos años se pretenden darlecciones, ni se hará mientras servidor escriba la misma, simplemente se intenta trasladar lo que se ve o se palpa. Todo ello, además, con la crítica constructiva, se intenta, además de con la pasión por unos colores que no impiden ver los errores, siempre bajo el criterio poco acertado de servidor, que es uno más y menos ducho que el de los miles que profesamos esta religión. Al lío. Viene a cuento el preámbulo anterior para exponer que este Algeciras de autor, el de Mere, nos permitió disfrutar de un encuentro soberbio, en un escenario de altura y ante un equipo que, hasta entonces, era líder. En los primeros 15 minutos parecía que los de verde iban a ser triturados por las tropas romanas y que no hay nivel para competir con estos. Calma, siempre calma, se le pedía a los agoreros. En la segunda mitad, los mismos agoreros, podrán decir que el Mérida tampoco era para tanto y que por eso el cuadro de verde arrasó el imperio de Emerita Augusta. La respuesta es la misma: calma. El conjunto algecireño volvió a jugar bien, a competir y a sufrir ante un rival de envergadura y que, hasta el domingo, parecía intratable pese a su condición de recién ascencido. “No estuvimos bien en la primera parte, aunque supimos aguantar”. Mere seguía en sala de prensa pidiendo más. Los suyos, cierto es, no entraron bien al choque, pero no lo es menos que jugaban ante un rival cuya confianza, en el minuto uno, estaba más allá de las nubes. El acoso fue constante, aunque no tanto el peligro real. Hace bien el míster, como no, en pedir más y más a un grupo, ahí va la de esta semana, al que no le sobra nada y sigue compitiendo con más o menos acierto. “Este equipo puede pelear contra cualquiera”, dijo el goleador, Adrían Gallardo tras reconocer que lo vivido, de una semana a otra, es “fútbol”. Señaló que puede jugar él “Joselu o cualquier compañero”, de momento él está teniendo más minutos y espera que la fortuna cambie con el tanto logrado en Mérida. Hecho el paréntesis y sin ánimo de ser cangrena, el domingo, otra vez, se demostró que este año va a tocar sufrir y disfrutar a partes iguales. Es por ello que la parroquia, ojalá que cada vez se sumen más, debe tener fe y comprensión, también crítica ojo, pero sabiendo lo que hay y contra lo que se compite. Glorias pasadas no dan puntos ni meten goles. En Mérida, ante la sorpresa de todos los que éramos visita, la grada comenzó a pitar a los suyos tras el 0-1. Algo que, la verdad, no se entiende. Ni nos va ni nos viene, pero hay que medir al cuadro emeritense por su actual situación. Han desaparecido, vuelven a Segunda B y estaban líderes, bueno siguen en la parte noble. Pensando en lo nuestro, y como dijo Mere tras un día “para sentirse orgulloso de los jugadores por los que no sólo mato, sino que muero con ellos”, ahora llega el Jumilla. Alguno, espero que pocos, puede pensar que está hecho. Sirva de aviso lo que le pasó al Mérida, en la preciosa ciudad romana contaban con los tres puntos casi sin jugar, y que vienen de vencer al Granada B. Capítulo aparte para los planteamientos del técnico y su personalidad. Con fallos, por supuesto, con decisiones que gustan más o menos, también, pero nadie puede negar que sigue siendo fiel a si mismo. A buen seguro que hay opiniones contrarias, pero también, tras años de seguir a este bendito equipo, hay que aseverar que otro, en Mérida y tras el baile al que sometió al líder, suelta alguna que, ojo, el fútbol te permite luego recordar casi al domingo siguiente. Lo dicho, con lo que tiene y en este grupo, está sacando petróleo. Ah en lo que tiene no va en menoscabo de los jugadores, más mérito, sino en la necesidad, que alguno se olvida, de mirar lo que hay enfrente. Disfruten, vean el partido y el segundo tiempo especialmente, deleitense con el César (Javi Medina) que se hace extensivo a toda la legión de verde, pero recuerden que son tres puntos, somos un recién ascendidos y estamos a cuatro puntos de la liguilla y del descenso. Es decir, largo camino cuya siguiente parada es en casa y ante el Jumilla, nada fácil y sino le pregunten al Imperio Romano que quedó hecho trizas tras el paso de las huestes rojiblancas.

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