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El Algeciras cayó en Lebrija y sigue en mala dinámica.

RESACA DE LA DERROTA EN LEBRIJA

Los mensajes y la realidad

Los mensajes y la realidad

El club, sin menoscabo de anteriores directivas, parece vivir una época de relativa estabilidad que puede ir a más. Ahora está fallando lo deportivo. Todavía hay remedio para lograr el ansiado ascenso.

 

El Hyundai arranca hoy con su fiabilidad, potencia y elegancia para intentar analizar, no ya la derrota en Lebrija, la primera fuera de casa en Tercera desde agosto de 2014,sino el momento que vive la entidad tanto a nivel institucional como deportivo. Al lío.

      La actual directiva, sin menoscabo de la anterior o anteriores, está dotando de relativa estabilidad al club. Los pasos que se están dando parecen lógicos e incluso hay gestiones que se siguen realizando pero no se quieren anticipar para no crear falsas expectativas. Es decir, lo que compete a los despachos, como se comenta coloquiamente, tiene el voto de confianza, al menos en su mayoría, del algecirismo. Hasta ahora eso iba acompañado de los resultados deportivos, con lo que, más allá de los problemas de tesorería históricos y de épocas que casi mejor olvidar, parecía que la ilusión, poco a poco, volvía, nuevamente, a la fiel y sufrida parroquia.

        Ahora, sin embargo, hay dudas respecto a un equipo que parecía encaminado a pelear por el campeonato y al que los más pesimistas, siempre salen en estos momentos, ni siquiera ven ya en la promoción de ascenso. Cierto es que la mala racha no terminó contra el Coria y que en Lebrija, más allá del criterio respetuoso y seguro que más acertado que el de servidor del tétnico, el grupo no reaccionó, si bien tuvo opciones de, al menos, no perder.

      El problema, más allá de un resultado puntual, parece otro. El equipo está plano, jugadores superados por la presión y una dinámica que, esto se sabe en el fútbol, sólo cambian los resultados. Al mismo tiempo, la directiva, lanza un mensaje, quizás también afectada por la mala racha y para quitar presión, indicando que el retorno a Segunda B no es obligado. Antes, según decían en verano aunque luego la pelotita hizo crecer la ola, está la estabilidad de la entidad para acabar con la etiqueta de equipo ascensor.

        Sin embargo, la afición y en general el mundo del fútbol, considera que el Algeciras, cuando milita en esta categoría debe ser, siempre, aspirante a lo máximo. Y ahora, por razón que pueda tener el equipo directivo, es complicado pedir al sufrido seguidor rojiblanco que no piense en acudir, en junio, en la Fuente del Milenio.

        El mensaje es uno, aunque haya cambiado por los resultados y la mala racha, y la realidad es otra. La directiva, que hoy se reúne como cada semana, sigue reforzando el equipo. Ya se esperaba, pero es oficial, el fichaje de Cristian Reyes. Más allá de las prestaciones del futbolista, habrá que juzgarlo por lo que haga en el campo, es evidente que nadie se resigna. También llegará un central y veremos si no hay más novedades.

        De momento, y pese a la desastrosa racha que se refleja en una victoria en las últimas fechas, están terceros. Dicho esto el San Roque de Lepe, otro acompañante en el descenso del pasado año, se presenta como una amenaza para el domingo.

       Se quiera o no, se entienda o no, se cambie el discurso en virtud a lo que acontece cada semana o se puedan tener puntos de vista más acertados y todos respetables, el grupo que lidera Ricardo Alfonso Álvarez, también es consciente de la presión de estar en una categoría en la que todo se complica. Lo institucional también, por ello, hay fichajes, de lo contrario, no habría que hacer nada. El equipo está bien clasificado, fríamente es así. Por estos y otros argumento, también se cuestionarán, los directivos,  si hay que dar un giro de timón o no, por eso y también porque saben, de sobra, que estabilizar el club es prioritario pero que es algo más sencillo estando en Segunda B.

       Nuestro estable y fiable Hyundai estará el domingo en La Menacha. Llega el momento de la verdad, hay tiempo y el equipo está tercero, pero el margen de error, al menos para asegurar la promoción de ascenso, se está acabando.

Los mensajes y la realidad