ALGECIRAS. - Nueva resaca feliz y además como le gusta al algecirismo, para que negarlo. Gol en el último minuto, lío, protestas y todo lo que tantas y tantas veces se ha vivido en el Mirador, en el viejo y también en el actual. Es el gen, como decíamos en la crónica. El liderato sigue entre los muros de La Menacha y aunque ahora mismo, cierto es, queda mucho, parece que habitará algunas semanas más en ese lugar sagrado. Y es que el equipo de Mere, más allá de su juego en las últimas semanas que no está siendo el del inicio de temporada, ha dado la razón a los que dicen, lejos del entorno rojiblanco, que a la hora de competir son los mejores. Y es que han ganado jugando bien, salvo en Las Cabezas por aquello del fútbol, regular e incluso mal como ante el Conil o Lebrijana. Eso, aparte del tópico de suerte del campeón, que es necesaria, se llama dinámica, ahora es positiva, pero también fe. Miguel Chamorro, más que un segundo o un preparador físico, tiene mucho de psicólogo, según cuentan los que le conocen bien. Su frase de 'paso a paso' va camino de convertirse en el leitmotiv de la temporada. Y es que el grupo, los que se quedaron para remediar el drama y lo que han llegado para vivir algo que les han contado, siguen y siguen hasta el final. Nadie nombra la palabra, o casi nadie, pocos inciden en los números, ya históricos, del equipo que tutela Mere, pero la realidad no se puede discutir. Claro que, por desgracia, todos estos datos pueden quedar en nada, ojalá que no, si al final no llega el ascenso. Es aquí, cuando aparece Chamorro y su paso a paso. Injusto o no, es lo que ha tocado vivir al cuadro técnico y a la plantilla. Tras 13 semanas sin perder y a la espera de recibir al Guadalcacín, cualquier otro, incluso el Algeciras en años no tan lejanos, estaría de celebración y pensando en las semanas que faltan para la promoción. La grandeza y la miseria está en vivir esto así, sin grandes fastos. Los Gabri, Joselu, Josemi, Grande  y demás ya saben que están en un equipo diferente para todo. Los de casa, poco hay que contarles, entre ellos metemos ya a Víctor González, que parece haber devuelto el espíritu de los cochinos al vestuario. Claro que todo esto es posible gracias al gen rojiblanco que habita en gente como Iván, Mario, Javi Chico, Antonio Jesús, Berlanga, Mario o el gran Máiquez. Lo dicho es la fe de un grupo que sabe, de sobra, su condena -otra vez sale la palabra en este rincón- pero que lo acepta y lo persigue. La fe, dicen, mueve montañas. Llegarán malos momentos como los hubo ante una Lebrijana que, más allá del comportamiento condenable de algunos, demostró lo que es la Tercera de toda la vida. Una categoría que ocupa el cuadro centenario por deméritos propios pero de la que quiere salir, cuanto antes. Lo puede lograr si mantiene esa fe, ese ahínco y empuje por jugar bien, cuando se puede, o ganar como sea cuando vienen mal dadas. Todo, tengan claro esto, paso a paso. Correa Mención aparte para el bueno de Dani Correa. El vicepresidente, al que aquí hemos mandado algún que otro mensaje y lo seguiremos haciendo con respeto, tuvo que soportar las malas formas de la Lebrijana, de algunos de sus componentes, y pasó un mal rato. Desde aquí todo el ánimo para un joven, que se está haciendo mayor a pasos agigantados, y que siga con su compromiso, más allá de aciertos y errores, rojiblanco. Ese que les ha permitido, a él y a la directiva, vivir ya un sinfín de historias pese a su corta edad. El día 4, en la asamblea de socios, no estaría de más antes de hacer la crítica libre y respetuosa que siempre ha caracterizado a nuestro club, que los socios le rindieran ( rindiésemos), un pequeño homenaje de desagravio por lo vivido. Foto: algecirascf.net