Jornada de contrastes la vivida en el Grupo IV de Segunda División B. La Real Balompédica Linense despachó, sin excesivos problemas, al Sevilla Atlético, ante la mirada de Unay Emery que estaba en la grada. Los blanquinegros se han vuelto a colocar en la parte noble de la clasificación. De paso, ironías del fútbol, su triunfo ha permitido al eterno rival no pisar ni siquiera el puesto de promoción de descenso. El trabajo de Rafa Escobar, aunque alguno ignoro los motivos quiere envenenarlo contra servidor pese a que hace tres años que no hace el programa de deportes en la radio, está ahí y como dijimos ya al inicio, los del Municipal van a dar guerra todo el año. Ahora están en los más alto, si quieren de forma circunstancial a la espera del duelo del miércoles entre Albacete y Cádiz, pero es lo mismo. La Balona, se lo ha ganado en los últimos años, tiene derecho a soñar con otra promoción de ascenso y una vez en ella todo puede pasar. Insistimos, falta mucho, hay igualdad pero los puntos logrados ya no se los quita nadie. El Algeciras ya saben fue superado en Murcia por ese equipo de la camiseta de moda. Sería muy pero que muy ventajista recordar La Resaca, una vez más gracias, de la pasada semana, así que no la citaré. En cualquier caso el equipo está ya en la zona próxima al peligro, vamos lo que se podía esperar al inicio de la temporada y ojo, pase lo que pase el domingo ante, nada menos que el Albacete, tampoco caerá a puestos de descenso si se da el resultado que indica la lógica, que pocas veces se cumple, del fútbol. Ahora es el momento de remar todos juntos, apuntan ya los que se temen lo peor. Pues quizás no sea necesario el tremendismo. Resta mucho aún por sufrir, disfrutar y contar, pero lo más importante es no perder la calma. Es complicado, la grada exige, aunque poco a poco se conciencia de que la situación ha cambiado, pero con un grupo cohesionado y fuerte será más llevadero. Se trata, por si hace falta decirlo una vez más, de dejar a cuatro rivales por debajo, y uno más para evitar la promoción. Al menos la derrota en Lorca "ha ganado el que lo ha merecido más allá del tema del gol", apuntó Sanlúcar, puede servir para acabar con los sueños de grandeza que, quién sabe, alguien pudiese tener.

La ilusión

Pero el fútbol es tan grande, tan impredecible que permite, en apenas dos días, experimentar sensaciones encontradas. Toda la preocupación que tienen (tenemos) los algeciristas por la cercanía de los puestos de descenso en el Grupo IV de Segunda B, se transforma en esperanza, expectación e ilusión ante lo que se viene. La Copa del Rey sale a la palestra para aparcar esa sensación de angustia y pensar en algo grande. El Haro Deportivo es el último obstáculo antes de, quizás, acabar con muchos de los problemas que lastran a la entidad después del paso por ella de auténticos bandidos. Esa reciente historia, sin que sea excusa, también influye en la situación actual y en el freno que supone a nivel económico poder ir al mercado con más garantías. Todo eso ahora no cuenta, ante las pantallas de Onda Algeciras estarán el miércoles los cabales, los cangrenas, los aficionados de ascenso, los que dudan y a los que tenemos que enseñar  lo que es ser algecirista. En un partido hay mucho en juego. Los cochinos siempre responden, aún en las malas, por eso hay que confiar en que, por una vez, el destino esté a favor de un grupo y una afición que se lo ha ganado a pulso. Quién sabe si el camino de retorno pasaba por Tharsis, Tesorillo y otros campos respetables, para desembocar en el Bernabéu o el Nou Camp. Como aquel día de junio, la noche del martes cuando vayamos a dormir...'soñemos más fuerte'.