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El Colomer posa con el trofeo que le acredita como campeón de Andalucía. // Foto: José Setién.

BM TRIANA 24-28 COLOMER DENTAL ALGECIRAS

¡Reyes de Andalucía!

¡Reyes de Andalucía!

Los algecireños se hacen con el cetro andaluz por primera vez en su historia tras dominar el partido de cabo a rabo, tanto en ataque como en defensa, donde jugó a otro nivel el meta Ignacio Chicón. La lesión de Pedro Saucedo, unida a la ausencia de Javier Martín, hizo adolecer de agilidad a los de Chano en las entradas laterales

SEVILLA.- En una localidad sevillana sumida en los prolegómenos de su feria, los de Chano volvieron a coserle un traje a medida al Balonmano Triana, a quien se han enfrentado tres veces en los últimos cinco encuentros y han vencido por cuatro o más goles. Los trianeros, que solo perdieron un partido en liga regular, sucumbieron de nuevo ante un Colomer duro en labores defensivas y, pese a la falta de movimiento en ocasiones, certero en ataque. 

Si es que como en casa de uno no se está en ninguna parte. Así se sintió el Colomer en la cancha del Centro Deportivo El Paragüas, a dos naranjazos de la afamada calle San Jacinto. Y es que más de un centenar de aficionados algecireños se desplazaron a Sevilla para presenciar el duelo por el poder en Andalucía, una auténtica pelea por gobernar en la región que ríase de la que mantiene, precisamente, otra trianera con Moreno Bonilla en las Cinco Llagas.

La escuadra algecireña salió bien formada a la cancha sevillana. Con Bermejo de organizador y Saucedo de apoyo, los visitantes se tomaron los primeros cinco minutos de reconocimiento a su rival, mientras este hacía lo propio. A raíz de ahí, la contienda transcurrió igualada. El Colomer no conseguía tirar a puerta por la dura defensa de su rival. Este problema se hizo más acuciante a partir del minuto quince, en el que Pedro Saucedo, tras un lance con un rival, se marchó a la caseta lesionado. La acertada defensa sevillana encontró respuesta en la mitad de pista contraria, donde Sufian y Morad bloquearon las intentonas del cuadro local. Fue también en este momento cuando Ignacio Chicón comenzó el recital de paradas que cuajó durante los primeros treinta minutos. 

El colchón de cinco goles que los de Chano obtuvieron en el partido de ida les aportaba tranquilidad, sensación que también tuvo su adversario. Raro, para la situación en la que se encontraban. No se les veía desquiciados en la búsqueda de la remontada a los de Triana, y esto lo supo aprovechar bien el Colomer. Sin embargo, los locales aumentaron un punto más la intensidad en sus acciones defensivas, hecho que, junto con la lesión de Pedro y la ausencia de Martín Ríos, dejó al Colomer los últimos diez minutos con un gol anotado solamente por Juan Bermejo, en los últimos segundos de la primera mitad.

Tras el descanso, el partido siguió por los derroteros de los primeros treinta minutos. Con los hermanos Rodríguez pujando en los laterales por internarse a segunda línea, Paco Romero comenzó a recibir balones que no podía convertir en lanzamientos por el bloqueo de sus defensores. No obstante, fue en ese momento cuando el Colomer comenzó a sumar tantos al marcador y hacer aún más grande la brecha que le separaba de su rival.

Con Juan Bermejo acertado, al igual que Cruz desde el extremo, Triana inició el camino a la desesperada. Y no le fue mal. Los hombres de Jorge Cano tuvieron prisa por lanzar en cada acción de la segunda y lo hiceron, casi siempre, desde los nueve metros. ¿El problema? Que las colaron. Las diestras de su central y su lateral trajeron de cabeza a Chicón y Navarro, que se alternaron en portería para intentar atajar el problema pero fue insuficiente. Desde la línea de nueve, Triana hacía daño.  

A falta de diez minutos, los trencillas excluyeron González Mañero, artillero local, y los veteranos de Chano empezaron a dormir el partido como solo lo puede hacer alguien con un máster en este deporte. Bermejo y Juanma Cruz se pusieron a los mandos, y este último, acabó con la moral de dos de los tres metas sevillanos tras colarles tres vaselinas seguidas. En ese momento, la grada poblada de algecireños empezó a cantar el grito de campeones. Un poco pronto, pero con fundamento. 

Los últimos cinco de partido fueron de disfrute. Triana tenía que vencer de seis a un equipo que le ganaba de cuatro. El Colomer se empezó a gustar y a saborear un triunfo en Andalucía, que no había logrado en su historia. Y nada cambió. Tras la bocina, los algecireños certificaron su reinado en la Comunidad Autónoma con la consumación de una victoria de cuatro goles y denotaron la alegría en la grada, principal valedora de un equipo que, a partir del 12 de mayo, luchará por militar el próximo año en la Primera Nacional.

¡Reyes de Andalucía!