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Las terminales del Puerto de Algeciras

EL GOBIERNO PREPARA LA REFORMA PORTUARIA VÍA DECRETO LEY

El sector de la estiba se enfrenta a sus días más duros

El sector de la estiba se enfrenta a sus días más duros

Han comenzado las negociaciones entre sindicatos y Ministerio de Fomento para aplicar la sentencia europea que obliga a liberalizar el sector

ALGECIRAS. – Aumenta la presión de la Unión Europea sobre el Gobierno de España, para que se cumpla la sentencia que obliga a los Puertos del Estado, a liberalizar el sector de la estiba, algo que a la par, lleva a un aumento de la preocupación entre los más de doce mil trabajadores que realizan esta labor en los puertos españoles.

De ellos, más de dos mil lo hacen en el Puerto de Algeciras, que vive con cierto recelo, el inicio de las conversaciones que se están desarrollando en Madrid, para la aplicación de la sentencia, y minimizar su impacto sobre los trabajadores y sus familias, y que ni siquiera han llegado a producirse como tal, debido a la postura del Gobierno de aprobar la reforma vía Decreto Ley, algo que según apuntan, se producirá en breves semanas.

Los problemas surgen tras la decisión del Ministerio de Fomento, de reformar el sistema portuario de manera unilateral, en contra de lo anunciado por Ana Pastor, anterior ministra del ramo, que abogaba por una reforma consensuada con los principales actores, los representantes de los trabajadores.

Según informa el sindicato Coordinadora, el titular actual de la cartera de Fomento, Íñigo de la Serna, ya ha puesto sobre la mesa su intención de no iniciar el diálogo y reformar el sistema portuario español de forma unilateral y vía Decreto Ley, lo que ha provocado el anuncio de acciones de protesta. El texto, que lleva años de retraso en su elaboración, establecerá la liberación del sector, tanto para permitir el libre acceso a la profesión, como el fin de la exclusividad en la contratación de estos servicios de las empresas que forman parte de las asociaciones de la estiba.

En la cronología de hechos, la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea de 2014, obligaba a España a reformar el sistema portuario, algo que se ha ido demorando debido a la inestabilidad política del año pasado, y la necesidad de mantener la paz social en este importante sector. Ana Pastor, solicitó el solicitó el consenso de todos los agentes, y requirió a empresas y sindicatos que trabajaran en un proyecto de reforma consensuada.

Ante esta petición del Gobierno, Coordinadora, UGT y CC.OO. acordaron con Anesco un documento de “Bases para la reforma” y, en la pasada semana, había suscrito un preacuerdo con la asociación empresarial que contenía el desarrollo pormenorizado que contaba con el apoyo de los grandes operadores nacionales e internacionales de los principales puertos españoles.

Las esperanzadoras expectativas se rompían en la primera reunión, a principios de esta semana, cuando el nuevo ministro se negaba a aceptar el acuerdo y planteaba la reforma de manera unilateral, a través de un Decreto Ley que regule esta reforma.

“Nos sentimos engañados”, afirma Antolín Goya, coordinador general de la Coordinadora Estatal de Trabajadores del Mar, “quieren imponer un Decreto Ley en el que dicen que no hay margen para modificación alguna, no facilitan el documento, toda la comunicación es verbal”.

Roto el diálogo y ante la actitud autoritaria del ministro, según palabras de Goya “iniciaremos movilizaciones y acciones sindicales para restablecer la comunicación, exigir de las empresas la culminación del esfuerzo de negociación desarrollado, y exponer a los grupos parlamentarios el error de una norma impuesta que desestabiliza un sector y destruye puestos de trabajo. Defenderemos nuestra profesión por todos los medios. No vemos otra salida. Somos miles las familias que vivimos de este sector, miles los trabajadores que hemos logrado construirlo para que arrojen cifras que baten récords año tras año y no permitiremos que nos erradiquen de la ecuación, solo para que se enriquezcan los pocos a los que obedecen los gobiernos, a costa de trabajo en condiciones indecentes”.

El sector de la estiba se enfrenta a sus días más duros