Ante la gravedad de los hechos, se activó el Protocolo de Delitos Violentos y aparte de los agentes uniformados, acudieron agentes del grupo de investigación y de la Brigada de Policía Científica.

A la llegada, los actuantes observaron como un varón menor de 15 años de edad presentaba cuatro impactos de lo que parecían ser perdigones distribuidos por el cuerpo, llegando uno de ellos a impactar en la cabeza de la víctima y que los servicios sanitarios no consiguieron extraerle.

Mientras la víctima era tratada por los servicios sanitarios, de manera simultánea se realizan gestiones in situ para identificar al presunto autor de los disparos. Gracias a la colaboración de todos los testigos que se encontraban en el lugar y la rápida actuación policial, se consiguió identificar y localizar al autor de los disparos a escasos metros de la zona donde presuntamente se habrían efectuado.

Igualmente y, tras numerosas gestiones de investigación, agentes del grupo de investigación localizan el arma presuntamente utilizada entre setos y maleza en el recorrido de huida que en un principió tomó el ya detenido, por lo que dicho arma fue intervenida y entregada a la Brigada Local de Policía Científica para su análisis posterior. 

Al parecer todo el problema se originó por conversaciones y amenazas vertidas a través de las redes sociales y que finalmente dieron lugar a la agresión y al uso del arma durante la misma.

La intervención se ha saldado con la detención del autor material de los disparos y la intervención del arma de aire comprimido presuntamente utilizada. 

No obstante, no se descarta que ese mismo arma hubiese sido utilizado para cometer algún otro tipo de hecho delictivo en días anteriores, por lo que la investigación sobre estos últimos hechos permanece abierta.