La actuación ocurrió cuando dos agentes observaron la llegada de dos embarcaciones por el río Guadarranque hasta un embarcadero situado en una vivienda de la zona, ante la que los agentes decidieron esperar.

Al ver a los guardias civiles, un grupo de personas que había salido de la vivienda se precipitó a la carrera de nuevo hacia su interior, a pesar de que se les dio el alto.

Los agentes accedieron a la vivienda en persecución de las personas que huían y una de ellas golpeó y lesionó a uno de los agentes mientras se resistía a su detención, aunque fue finalmente reducida y arrestada.

Mientras el grupo de personas accedía atropelladamente a una terraza por una escalera de mano, uno de sus integrantes cayó, momento en el que el otro agente fue a detenerlo y también resultó agredido durante el proceso.

Al tiempo que los agentes trataban de reducir y detener a estas dos personas, el resto del grupo se dedicó a lanzarles macetas, huevos y zapatos, algunos de los cuales alcanzaron a los guardias civiles.

Posteriormente, los integrantes del grupo trataron de liberar a los dos detenidos, mientras los guardias civiles solicitaron apoyo de otras patrullas, cuya llegada permitió que los detenidos no fuesen liberados, además de intervenir las dos embarcaciones.

A los detenidos se les imputan los delitos de atentado, resistencia y desobediencia a la autoridad, según las fuentes.

La asociación ha manifestado que estos hechos demuestran “la situación de violencia extrema y penuria en la que se ven obligados a llevar a cabo su trabajo los guardias civiles destinados en la provincia de Cádiz” y ha reclamado la consideración de Zona de Especial Singularidad para la comarca del Campo de Gibraltar.