ALGECIRAS. - En la noche de ayer tuvo lugar la clase práctica incluida en la programación de la Feria Taurina de Algeciras que se ha saldado con el éxito y la salida a hombros de Luis Salazar, Corruco y Diego Luque, que han cortado dos orejas cada uno. Es la noche soñada para todos los que aspiran a ser toreros, un festejo anunciado como antesala de las corridas donde aparecen los nombres de las figuras, esa categoría que todos estos chavales aspiran a alcanzar. Si hay algo que no le puede faltar a quien quiere ser torero, son las ganas; y estas deben ser directamente proporcionales con la capacidad de pensar delante de los novillos o, como mínimo, de escuchar los consejos del callejón, y no que la relación sea inversamente proporcional y las ganas apaguen esa capacidad. En éste festejo se han visto las dos caras. El malagueño José Antonio Lavado ha firmado la faena más compacta y firme de la noche, compás abierto, media muleta arrastrada y llevando las embestidas, premiada rácanamente con una sola oreja. Salazar, que recibió a portagayola a su eral, dejó naturales de muy buen corte y se gustó mucho más a partir de mitad de faena, se le vio una interesante evolución y cortó dos orejas. Corruco es un torbellino de energía y es capaz de conectar con los tendidos rapidísimamente. Antes de protagonizar junto al banderillero Andrés Becerra “Corruco”, su tío, un gran tercio de banderillas, nos dejó un quite por lopecinas que ya hizo levantarse a muchos de sus asientos. Con la muleta mantuvo su nivel, coge forma su concepto, se gusta y disfruta de los remates de las series. Si pecó de algo fue, al igual que Diego Luque, de tandas muy cortitas cuando la clave pasa, como les decían desde el callejón, por dar mínimo cinco muletazos en redondo antes de rematar. Luque, torero muy expresivo, lleva buen camino, ha gustado, a pesar de que le faltó tensión en el cuerpo a la hora de componer, la pierna de salida encogida hace que la estética se desvanezca. Aún así, también dejó destellos de su toreo que sumados a su entrega, le valieron el doble premio. Jesús Duarte abrió plaza, y ni se sintió a gusto con el eral ni con el viento que sopló, le faltó confianza y no terminó de encontrar acople. No pudo triunfar aunque si que hubo atisbos de buenos muletazos cuando se decidió a correrle la mano. Tras los cinco erales llegaron los dos añojos para los becerristas Cynthia Chaves, que tiene mucho camino aún por recorrer pero que supo llegar al tendido. En su faena resaltaron sobremanera un manojo de naturales muy relajados que fueron muy jaleados. Al que le pudieron más las ganas que la cabeza fue a Rivera Luna que, tras los dos primeros pares de banderillas en los que hubo más voluntad que acierto, en un alarde de chulería torera y más garra que cabeza quiso partir hasta en dos ocasiones el tercer par, intuyo que para ponerlo al quiebro, con la mala suerte de que el arpón de una de ellas se le clavó en el muslo, del que en apenas unos segundos caía un reguero de sangre. Pasó a la enfermería y fue Ramón Pereira quien se hizo cargo de lidiar y estoquear al añojo, con buenos momentos pero sin mucha repercusión, probablemente porque iba para tres horas de festejo y la atención estaba puesta en la enfermería. Una lástima el percance, y más cuando son contadas las ocasiones que se tienen para hacer el paseíllo. Pero Rivera Luna, enfadado seguramente, deberá tener  paciencia, seguir preparándose y pensar para la próxima, porque al fin y al cabo, como me dijeron hace unos días, todos los días sale el sol. Antes del festejo, el Alcalde acudió al patio de caballos acompañado por varios miembros de su equipo de Gobierno a desear suerte a los actuantes.

FICHA DEL FESTEJO:

Media plaza en noche fresca. Se lidian 5 erales para: Jesús Duarte, escuela La Gallosina, palmas. Luis Salazar, Escuela de Algeciras. dos orejas. José Antonio Lavado, escuela de Málaga, oreja con petición de otra. Diego Luque, escuela de Algeciras, dos orejas. José Luis Becerra “Corruco”, escuela de Algeciras, dos orejas.   Y 2 añojos para: Cynthia Chaves, escuela de Algeciras, oreja. Ramón Pereira, que lidió en lugar de Rivera Luna, ambos de la escuela de Algeciras, ovación.