NOTA 2
Ruiz Miguel, en Llodio

Ruiz Miguel vuelve a llenar en la conferencia que organizó el Club Taurino Mazzantini

Ruiz Miguel vuelve a llenar en la conferencia que organizó el Club Taurino Mazzantini
ALGECIRAS. - La pasada semana, el Club Taurino Mazzantini de la localidad de Llodio, en la provincia de Álava, organizaba su semana cultural, que, uno de los días, contó con marcada presencia andaluza, tanto por la presencia del maestro Francisco Ruiz Miguel como por la del periodista de Canal Sur Radio y R.A.I. Juan Ramón Romero, además de Íñigo Crespo, moderador de la tertulia. El maestro, durante la charla que se alargó hasta pasar las dos horas, fue entrando en calor como si estuviera pisando el albero con un toro delante, hasta conseguir que los asistentes, además de conocer datos sobre su trayectoria, conocieran anécdotas personales y muchas de ellas tan divertidas que hicieron reír a estos. Nadie se aburrió. Se comentaron cifras como las casi 1500 tardes que se ha vestido de luces el maestro como matador de toros, las diez Puertas Grandes conseguidas en Madrid o la denominación de especialista obtenida gracias a su pundonor, su raza y, por supuesto, sus triunfos, ante los hierros más duros de nuestra geografía. Entre sus anécdotas más destacadas se encuentran la del momento cuando pasó a llamar alimañas a los toros de Victorino, la de tener que coger un taxi tras una mala actuación como novillero porque el apoderado no le permitió volver en el coche de cuadrillas,… entre otras muchas que deleitaron al público y que leyendo entre líneas, y fuera del tinte divertido y agradable dejan ver que el toreo es algo muy serio y duro. Ruiz Miguel afirmó que Bilbao tiene una de las aficiones más importantes y que para él, esa plaza supuso un trampolín muy fuerte; o que en 1971, una tarde ante toros de Miura en Sevilla cortando un rabo le hizo cambiar su forma de torear, su destino y su vida profesional, que ha desarrollado como él ha querido y gracias a la afición que le hacía justicia y que era su consuelo. Se siente feliz por todo lo que ha conseguido. Tuvo que desarrollar su propia tauromaquia, quería ser figura del toreo y la mente siempre tenía que estar despejada. Aunque quizá una de las afirmaciones más marcadas fue la que señala la evolución de las ganaderías duras, que antes calificaba de alimañas y que ahora son gatos de angora, también porque ahora se cuida mucho más la selección en el campo. El maestro fue obsequiado con un recuerdo que le hicieron entrega miembros del Club y finalizó con una cerrada ovación de esas que suenan en las plazas y que a veces tienen más fuerza que muchas orejas.

Ruiz Miguel vuelve a llenar en la conferencia que organizó el Club Taurino Mazzantini