El siempre agradable paseo por la ciudad a bordo de nuestro Hyundai tiene hoy como objetivo la reflexión, la crítica pero también intentar poner un poco de realidad en la situación que vive el Algeciras. Todo ello en un arranque de segunda vuelta que no ha sido bueno. Al lío.

Del partido del domingo, salvo mejor opinión que la habrá, sólo queda exponer que los de Mere no jugaron un partido desastroso, para nada. Simplemente se midieron a un rival que, hoy por hoy, está varios escalones por encima. Incluso así tuvieron opciones para empatar, si bien es cierto que Josemi, el cual merece capítulo aparte por su soberbia temporada, mantuvo con vida al equipo hasta el último suspiro.

El principal problema de este inicio de segundo tramo, según humilde parece de este plumilla, está en la derrota ante el San Roque de Lepe y si quieren en no arañar algo en Linares. Si bien lo primero es lo que más daño puede estar haciendo. Lo demás puede entrar dentro de la lógica, con la catalogación de hombrada para la victoria ante los amarillos. Es decir, se trata de ganar los partidos que, de verdad, no se pueden escapar y luego intentar pescar algo. 

Es por ello que el duelo del domingo, sin ser dramático, se antoja fundamental para el devenir de las próximas jornadas. Mere espetó en sala de prensa que "ni ganar nos salva, ni perder nos desciende". Cierto, pero no lo es menos que una victoria permite afrontar la siguiente semana sabiendo que hay muchos detrás e incluso con opción de fallar, y que una derrota hace que, tras una gran campaña global hasta el momento, se afronte cada partido con el miedo a caer en la zona innombrable.

Está pesando en una parte de la afición, más aún con las cuatro derrotas de las últimas cinco semanas, el fantasma de lo vivido hace dos años. Aunque obviamente es complejo no citarlo, escrito está ya que la permanencia depende, única y exclusivamente, de lo que hagan los nuestros. Si no se suman cuatro o cinco victorias en lo que resta de liga es que no mereces, con todo el dolor del mundo, quedarte en la categoría. Además, el equipo, a diferencia de aquel, sigue compitiendo y no da señales de estar agotado. Cierto es que llegan lesiones, sanciones y se han vivido muchos problemas económicos, parece que en vías de solución, que tampoco ayudan. 

Centrados en lo deportivo, de ahí, la trascendencia del choque ante el colista. No será fácil, vienen de empatar ante el Granada B, pero los que lucen la sagrada túnica rojiblanca deben cambiar la dinámica y de paso asestar un golpe, casi definitivo, a un rival directo.

Sin esconder el mal momento, más de resultados que de sensaciones, el equipo debe ser consciente que los noventa minutos del domingo, y mirando además lo que se avecina en el calendario, con más duelos directos, puede ser un punto de inflexión, esperemos que para mantener la iniciativa en la pelea, durísima, por la permanencia.

Mientras tanto seguimos paseando por la ciudad a bordo de nuestro Hyundai, con la sensación de preocupación pero también de confianza en el equipo. Se lo han ganado y el domingo pueden dar un nuevo estirón para llegar a la meta con el objetivo cumplido.

Para acabar un apunte y sin ánimo de generar ninguna disputa. Publicado está lo que piensa servidor de la anterior directiva. También que en las redes sociales no está todo el algecirismo, por mucho ruido que se haga, ni que tampoco todos leen esto, por tanto de cara a la nueva gestora, simplemente recordar que estamos en una etapa de transición. Se trata de acabar la temporada y convocar elecciones, será entonces el momento de elegir. Eso no implica, por supuesto, dejar hacer a su antojo, pero un poco de paciencia y calma no estaría de más. El Algeciras, por si acaso alguno lo olvida, está por encima de todos los que estamos, de una u otra forma, vinculado a él. Al menos así me lo enseñaron dos personas y me lo han seguido transmitiendo muchas más.