La Resaca de la jornada 28 de liga en la Primera RFEF Footters llega marcada, lógicamente, por la sensación de impotencia del algecirismo y principalmente de uno de sus referentes, Álvaro Romero. No es de recibo, sin caer en lo fácil de la persecución y victimismo de otros lugares, que el reglamento no se aplique, por igual, a todos los futbolistas.

Cuando citamos el reglamento, aludimos a que si Romero se tira se le amonesté o le expulsen si es que el trencilla de turno, no sólo el del domingo, entiende que está intentando el engaño. Pero del mismo modo cuando se cometen dos penaltis tan clamorosos, hay que señalarlos. Lean o escuchen a los compañeros de la prensa de Albacete. Si tienen dudas, Julio Alonso, lateral izquierdo del equipo manchego, “son penaltis los dos”, dijo sin tapujos. Añadió que lo del año pasado puede pesar, recordó su experiencia con el Betis B y también ahora se saca a la palestra el otro error, de bulto, ante el Nástic de Tarragona esta misma temporada y de nuevo con el sevillano en el centro de la acción.

Por segunda vez, Iván Ania, en sala de prensa, fue claro. “El problema es que los árbitros se hablan entre ellos y están condicionando a Alvarito”. Eso es lo grave. Da la sensación, puede que errónea que para eso es una sensación. Como apuntó Figueras, enorme su aportación estas últimas semanas, “si la jugada es con otro compañero estoy convencido que lo pita”.

Eso pensaron miles de algeciristas, pero eso no puede ser, así no se reparte justicia y por supuesto queda muy en duda el siempre comprensible error humano. Que el penalti hay que meterlo, que luego el Albacete nos mete cinco, que el Algeciras estaría en play-off...etc. Todas esas hipótesis quedan en eso, ya que la realidad es que hubo dos claras infracciones, el segundo, más escandaloso si cabe, que no se decretaron y lo que flota en el aire es que el motivo tiene que ver con el protagonista que los sufrió más que con el juego.

Más fuertes

Analizado todo lo ocurrido en el césped y como bien dijo el míster asturiano, “eso no puede debilitarnos”.  Al contrario, debe hacernos más fuertes y estar más unidos, si cabe. Sacando de la ecuación, aunque es imposible, las dos jugadas de marras, el empate fue más que meritorio e incluso el Algeciras tuvo alguna opción más dentro del equilibrio general. Cabe citar, además, que en la jugada del paradón de Pol (otro más), hay cuatro jugadores del Alba en posición ilegal.

La realidad es que llegamos a las 10 de últimas. Las que decía Luis Aragonés que son las jornadas de la verdad y las que deciden todo. Los nuestros las afrontan bien colocados, con la permanencia apalabrada, aunque hay que certificarla cuanto antes, y habiéndose ganado el respeto de todos, incluso del líder. El Albacete y toda su prensa se marcharon dando por bueno el punto y resaltando, otro equipo más que lo hace, el ambiente que se vive en el santuario y eso que el día era de perros.

El sábado hay otra cita. Más relevante si cabe ya que es un rival directo en esa pelea por la salvación que está tan cercana. El Mirador, seguro, responderá y el equipo deberá convertir toda la rabia de lo ocurrido ante el primer clasificado en motivación. Ahora ya no hay red, todo lo que ocurra será casi definitivo.

Soñar no cuesta dinero y la conjunción de vestuario, cuerpo técnico y grada ha dado pie a que no sea una quimera. Insistimos, aún a riesgo de que alguno no esté de acuerdo, en que conseguir o no el play-off es indiferente para catalogar la temporada de éxito si se logra la permanencia en esta maravillosa categoría de la que tanto estamos disfrutando y que está enseñando, a España, lo que supone ser algecirista. Sigamos, llega lo más bonito y, por una vez, aunque tengamos tantas remoras detrás, todo apunta a que se afrontará con la ambición por bandera y con el mínimo temor a que pueda pasar algo malo. Ojalá que lo peor sea no ir a Galicia, claro que si se consigue y estamos allí....

PD 1: Ánimo a Rafa Tresaco y que alegría la vuelta de Almenara

PD 2: El punto del domingo se puede convertir en maravilloso si el sábado se suman los tres.