Opinión

Pablo Iglesias y el Peronismo

Pablo Iglesias y el Peronismo
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Pablo Iglesias junto a Kichner

No sé si sabrá Iglesias, que la ex presidenta peronista, dos años después de abandonar el poder, tiene pendiente decenas de causas judiciales por cohecho, soborno y corrupción

Pablo Iglesias ha reivindicado en Argentina las raíces peronistas de Podemos. En el viaje realizado a la Patagonia se ha reunido con la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, que según Iglesias en un gran referente político para Podemos. No sé si sabrá que la ex presidenta peronista, dos años después de abandonar el poder, tiene pendiente decenas de causas judiciales por cohecho, soborno y corrupción.

Además de la reunión con Cristina Fernández, quien calificó de “excelente” su encuentro con Iglesias, el líder de Podemos participó en varios actos políticos con el Círculo de Podemos en Argentina. Y recibió, además, una distinción “honoris causa”' de la Universidad Metropolitana de Buenos Aires, vinculada al sindicalismo peronista, y el premio Rodolfo Walsh de Periodismo de la Universidad Nacional de La Plata, un galardón que antes habían recibido los venezolanos Hugo Chávez y Nicolás Maduro, el ecuatoriano Rafael Correa y el boliviano Evo Morales.

Leyendo esta información recordaba la novela de ficción de Almudena Grande edificada alrededor de hechos reales y acontecimientos históricos sobre las organizaciones clandestinas peronistas para la evasión de criminales de guerra nazis y prófugos del Tercer Reich alemán. En la novela “Los pacientes del doctor García” cuenta que el 4 de diciembre de 1947, el presidente Perón recibe en la Casa Rosada a seis personas que forman un grupo que, a primera vista podría parecer heterogéneo, pero no lo era.

El visitante más destacado era Pierre Daye, periodista y político, nacido en Bélgica en 1892. Daye era el referente intelectual del Partido Rexista (facista) de León Degrelle, y un rendido admirador de Franco y Perón. Perseguido en Europa gozó de la protección de ambos desde 1945.

En la visita le acompaña otro belga, René Lagrou, líder de la Unión Nacional Flamenca, -partido belga que ahora protege a Puigdemont-, que fue condenado a muerte en rebeldía por un Tribunal de Amberes en 1946, pero vivía en Buenos Aires bajo la protección de Perón. Y George Gibauld, alto funcionario del Gobierno de Vichy, dirigente del colaboracionista Partido Popular Francés, condenado a muerte en rebeldía tras escapar a través de los Pirineos.

El cuarto hombre era Radu Ghenea, embajador en España del dictador rumano Ion Antonescu, jefe del estado títere rumano del Tercer Reich, juzgado y fusilado en su país por una larga lista de delitos en 1946. Ghenea consiguió esquivar a la justicia de Rumania y emigrar a España y después a la Argentina bajo nombre falso. El quinto hombre, Horst Alberto Carlos Fuldner, miembro de inteligencia de la SS, a quien se le encomendó que buscara rutas de escape para los dirigentes nazis cuando dieron la guerra por pérdida. 

El coordinador de este grupo era un español genuino, Víctor de la Serna, considerado por los aliados como fascista y filonazi al igual que su padre, Víctor de la Serna, redactor jefe del periódico madrileño “Informaciones”. Víctor de la Serna participaba en la organización de la falangista Clara Stauffer en la evasión de colaboracionistas y criminales de guerra nazis.

De esta y otra reuniones nació en 1947 “El Servicio Argentino de Recepción de Europeos”. A partir de ese momento se abre de par en par los brazos de Argentina a los criminales nazis. La SARE logró dar refugio en la Argentina al menos 180 criminales de guerra -alguna fuente habla de 400 o más- hasta 1949, entre otros Adolf Eichmann, Josef Mengele, Ronald Richter, Erich Priebke, August Siebrecht y Gerhard Bohne. Esta es una de las conclusiones a las que llegaba un informe realizado por la Comisión para el Esclarecimiento de las Actividades del Nazismo en la Argentina (Ceana) en 1999.

Según las memorias de Pierre Daye, la SARE ayudó a "salvar a miles de amigos que como yo habían logrado escapar de la condena a muerte". Hitler y Bormann no llegaron al país porque murieron antes de finalizada la guerra. Pero la Argentina acogió a sus equivalentes bielorruso y croata -Radislaw Ostrowski y Ante Pavelic-, sin poder ignorar ciertas connivencias extranjeras en su llegada. Oscuro y terrible retrato de los orígenes del peronismo, que será historia pasada, pero no podemos olvidar. ¿Sabe todo esto Pablo Iglesias cuando reivindica las raíces peronistas de Podemos?