Opinión

Igualdad en el Puerto de Algeciras

Igualdad en el Puerto de Algeciras

 La proporción de mujeres estibadoras en Barcelona, Málaga y Valencia es de entre el 7% y el 8%. En países como Italia, Francia o Grecia no las hay, y en Suecia hay un 40% de estibadoras

Es incomprensible que a día de hoy siga existiendo una discriminación laboral tan descarada en los puertos españoles, comportándose como “mafias” predominando el enchufismo. Es el caso del Puerto de Algeciras (¿o Algeciras del Puerto?) cuyos trabajadores, en su mayoría estibadores, son puestos de trabajo transmitidos de padres a hijos, excluyendo al resto de la población. Además, sabemos que de los 1.879 estibadores que hay en el Puerto de Algeciras ninguno es mujer. “La tradición, esa que manda que los hijos heredan los puestos de sus padres, manda y a la discriminación sexual se le suma el enchufismo, presente en el proceso de selección de personal. Lo hacen a dedo”, denuncia Raquel Saavedra, presidenta de la plataforma Mujeres estibadoras en Algeciras. No solo no permiten contratar a mujeres como estibadoras, sino que ni siquiera recogen sus currículums, teniendo que enviar estos vía burofax. La proporción de mujeres estibadoras en Barcelona, Málaga y Valencia es de entre el 7% y el 8%. En países como Italia, Francia o Grecia no las hay, y en Suecia hay un 40% de estibadoras.  Las empresas del sector no pueden contratar libremente a sus trabajadores, sino que están obligadas a adquirir una participación en el capital de sociedades anónimas de gestión de estibadores portuarios (Sagep), que son las que se encargan de facilitar la mano de obra necesaria bajo las condiciones fijadas por el acuerdo marco. Estamos ante un claro ejemplo de un monopolio de mano de obra ejercido por Sagep, que son los que deciden quien entra y quien no. Ante estos hechos, la Comisión Europea ha pedido la liberalización de este sector para que se permita la libre contratación de trabajadores/as. Ante estos acontecimientos, podemos decir que la Ley Orgánica 2/2007 de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres y la Ley 12/2007, de 26 de noviembre, para la promoción de la igualdad de género en Andalucía aprobadas por el PSOE-A son papel mojado, ya que no se ponen en práctica.

Hay mucho postureo con el feminismo y la igualdad de género en el marco laboral, pero lo que está claro es que a nuestras instituciones políticas no les importa en absoluto lo que ocurre en nuestros puertos, sobre todo en el de Algeciras. ¿Cómo van a denunciar los dirigentes del PSOE y PP lo que sucede en el Puerto de Algeciras cuando miembros del Órgano de Gobierno del mismo son militantes de sus respectivos partidos? No me resulta raro ver al Sr. Gerardo Landaluce Calleja, hermano del Excmo. Alcalde de Algeciras, José Ignacio Landaluce Calleja, en el organigrama de dirección del Puerto de Algeciras.

¿Enchufismo? Quién sabe… ¿Cómo pretenden que haya una acción política real con el “compadreo” que hay dentro del propio sector? Menos brindis al sol y más acción política, por favor. Me parece una terrible vergüenza lo que está sucediendo. Mientras se discrimina a la población de la comarca del Campo de Gibraltar ajena del Puerto de Algeciras, nuestros políticos y dirigentes se mantienen inmóviles, porque también salen beneficiados de todo esto. Pero claro, luego hacen una nota de prensa, una charlita en la radio, una foto con las afectadas, y listo, ¡viva el feminismo! Políticos de poca monta mirándose su ombligo.

España es un Estado Social y de Derecho en democracia donde tiene que premiar la igualdad de oportunidades, pero esto a veces no es así. Por ello, hago un llamamiento al Presidente del Puerto de Algeciras, Manuel Morón Ledro, a la Coordinadora Estatal de Trabajadores del Mar, a los sindicatos, al alcalde de Algeciras y demás instituciones y representantes públicos para que se pongan en marcha los mecanismos legislativos y prácticos necesarios para la correcta igualdad de oportunidades y de género por y para la defensa de la justicia social. Todo mi apoyo a la asociación Mujeres Estibadoras de Algeciras y a toda la población campogibraltareña excluida del monopolio del puerto.