Opinión

Lectura

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Hoy en día leemos la prensa en dirección diagonal, en el mejor de los casos. Que no es lo mismo que leer la prensa entre líneas

Empezamos hace tiempo por empezar a dejar de leer la letra pequeña de los contratos. Las personas creíamos más en la buena compostura de nuestro interlocutor, en su aparente mirada sincera y en su convincente sonrisa inocente, que en aquello que pudiese decir lo mecanografiado en los folios que teníamos delante. Nos equivocábamos y terminábamos firmando casi un contrato con el mismísimo diablo, en el que le entregábamos nuestra alma irrevocablemente.

Continuamos por dejar de leer libros. Así España se coloca entre los países con el índice de lectura más bajo, llevándose en esto la palma Andalucía entre las comunidades de todo el país. En este caso más bien parece que no confiábamos en aquello que fuese que nos tuviera que contar el narrador. Pudiera ser que estuviésemos cansados de cuentos e historias y pensamos que podríamos ponerle solución dejando de leer. Nos volvíamos a equivocar.

Hoy en día leemos la prensa en dirección diagonal, en el mejor de los casos. Que no es lo mismo que leer la prensa entre líneas, ojalá fuese así. Hoy en día leemos las líneas pares o impares de las noticias, dependiendo si la página es par o impar. No somos capaces de leer las noticias al completo. Y todo ello siempre que seamos capaces de leer algo más que el encabezamiento de las noticias. Con esta manera de actuar, es lógico que también nos equivoquemos.

Algo debemos estar haciendo mal cuando estamos perdiendo algo tan básico e importante como es saber leer correctamente. Algo debe estar fallando en algún escalón de la educación cuando se permite que esto suceda. Siempre nos quedará como excusa escudarnos en lo que siempre se suele decir: “que de humanos es errar”.

Para terminar, recordar lo que decía el poeta: “Se equivocó la paloma. Se equivocaba. Por ir al norte, fue al sur. Creyó que el trigo era agua. Se equivocaba.”