Opinión

La Resaca: En nuestras manos

La Resaca: En nuestras manos

El clásico se quedó en casa pese al control del equipo de Mere

 

Arrancamos el Hyundai, como siempre lleno de prestaciones, para el paseo semanal que hoy, obviamente, no es alegre aunque tampoco dramático. El clásico se quedó en casa ya que la necesidad del eterno rival le hizo tener un puntito más, y sobre todo marcar cuando peor lo estaba pasando. Al lío.

En el sintético, una tema que daría para mucho ya que los jugadores se muerden la lengua para no poner excusas, los dos equipos demostraron la situación clasificatoria con la que comparecían antes del inicio de las hostilidades. Sin embargo, los nuestros, no tuvieron la continuidad suficiente para sacar ventaja de la relativa tranquilidad con la que llegaban. Cierto es que el orden, el intento de jugar en un campo en el que los botes del balón son un sudoku, y la sensación de ir a más, fueron constantes. Todo, no obstante, se vino abajo cuando llegó el gol y aunque el equipo puso toda el alma ya no fue lo mismo. 

Los fríos números dejan al Algeciras con un punto menos que los conseguidos en la primera vuelta. Entonces, pasado el tramo del calendario inicial, habían sumado siete y ahora seis. Son 31 los que refleja el casillero y los de abajo siguen apretando aunque, por ahora, la ventaja es de los del Mirador. Se lo han ganado, pero ni mucho menos hay relajación, confianza ni tampoco se instala, hacen bien, el miedo a lo ocurrido hace dos campañas. Está ahí, pero debe servir para no repetirlo.

A diferencia de entonces, el equipo compite mejor, aún perdiendo, y ahora tiene más recursos en la plantilla que, esperemos, Mere sepa manejar como hasta ahora. En este apartado, y respetando por supuesto la decisión del míster que para eso trabaja día a día con ellos, se está comentando mucho el buen papel de Marrufo, cierto es, pero a costa de la ausencia de Cristo Díaz. El que piense en el ventajismo de la derrota que se olvide, pues ante el Cádiz, también fue extraña la ausencia en el once del tinerfeño. En cualquier caso, hasta el final todos, deben tenerlo claro, van a ser importantes.

Y es que pasados los dos partidos más esperados, con alegría uno y tristeza el otro, llega el momento de la verdad. El domingo próximo, nuestro Hyundai nos llevará hasta el Nuevo Mirador para recibir al Sevilla Atlético. Un rival de los de arriba pero que debe sentir que en el templo no es fácil arañar puntos.

Lo dicho, pasado el mal rato por una derrota que siempre duele, la realidad es que hay que mantener la calma, el equipo sigue siendo fiable, pero hay que ir sumando y acabar, cuanto antes, con las dudas que se puedan generar por ese pesimismo, a veces injustificado, que en ocasiones inunda al algecirismo. Hasta el rabo todo es toro, dice el refranero español, pero de momento todo depende de los nuestros.