Algunos tienen una visión del socialismo muy distorsionada, sus creencias y su afinidad por el neoliberalismo les ciega. Hay que ser consecuentes con la realidad, ninguna otra ideología, se plantea con más eficacia un futuro digno para la mayoría.
Necesitamos la mano de obra migrante. No invaden nuestro espacio vital. Hay áreas geográficas y sectores económicos que los necesitan, porque nuestros nacionales rechazan esas ocupaciones.
Sé que algunos, quizás seáis muchos, no lo creeréis, pero en la vida recibimos señales para que nadie desista de sus sueños, se trata desde luego, que seamos capaces de ver o sentir esas señales, porque no nos las sirven en bandejas.
Tomo prudente distancia de quienes no admiten equivocarse y siempre buscan las culpas en los otros. Nunca he pretendido ser, ni parecer, distinta persona, eso supondría malgastar quien soy.
No he cuestionado nunca que todos merecemos tener una oportunidad, pero algunos que sí la han tenido, la han malgastado. Lo he visto con alguna frecuencia en el ámbito político.
Yo no estoy dispuesto a que a mis sueños, nadie le ponga fecha de caducidad. Cuando me despiertan, respiro hondo y trato de seguir soñando. Siempre he procurado no acompasar mi paso al de nadie.
Es evidente que cuando se humilla a una persona de bien, siente un gran dolor, pero el dolor tiene un gran poder curativo y hace sentir una gran paz interior.
La tensión es demasiada veces protagonista en el Congreso de los Diputados. Lo peor es que esa tensión se traslada a la calle, a las redes sociales y hay quienes la aprovecha para incitar al enfrentamiento.
Sé que es una perogrullada decir que no se puede hacer nada para cambiar lo que ya ha pasado, pero sí podemos hacer mucho para cambiar lo que pueda venir.
Vivimos momentos en los que la vida nos pone muchos obstáculos, pero debemos esforzarnos para salvarlos, los límites no nos lo debe poner nadie, nos lo debemos poner cada uno de nosotros.
En esta ocasión para quienes no me conocen, voy a hablar un poquito de mí. Siempre he sido muy impaciente, soporto muy mal la espera. En contrapartida nunca me hago esperar.
Ya no son lo que eran! A mí me encantaban las campañas electorales, los mítines... Tarifa era una plaza que me motivaba, quizás porque algunos fueron muy injustos con mi compañero Antonio M. Ruiz Giménez.
Nos critican por lo que somos, por lo que no somos, por lo que hacemos, por lo que dejamos de hacer, por lo que decimos, por lo que callamos...
Quienes eso hacen, nunca se van a conformar. Criticarán se haga bien o se haga mal.