Opinión

La proliferación de casas de apuestas

La proliferación de casas de apuestas
Las últimas estadísticas sobre ludopatía demuestran que es la heroína del siglo XXI; afectando especialmente a nuestros jóvenes
La masiva proliferación de casas de apuestas en multitud de ciudades españolas es un tema que nos debe preocupar a todos. El pasado fin de semana muchos ciudadanos se echaron a la calle para manifestar su rechazo a este tipo de negocios que está destrozando a numerosas familias, especialmente a las más humildes.
 
Este tema también se debatió esta semana en el parlamento de Andalucía, especialmente debido a la antigüedad de la norma que lo regula que data de 1986. Debate que demostró una vez más, que en la política actual algunos partidos dejan de lado la coherencia para dar prioridad al desgaste del adversario.
 
Fue denigrante escuchar a ciertos portavoces justificar el voto en contra de su grupo a vetar la instalación de casas de apuestas cerca de colegios, centros deportivos y culturales. Sus insostenibles argumentos variaban entre los que alarmaban de que con esta medida se iban a aumentar las cifras de paro (Vox), otros banalizaban con que si se aumentaba a quinientos metros la distancia mínima para instalar las casas de apuestas cerca de los centros educativos, deportivos y culturales no sería posible instalarlas en ninguna ciudad (PP). Y la postura más sorprendente fue la del grupo Ciudadanos que solicitó que se regulara directamente desde el Estado, cuando hace pocos meses presentó una propuesta similar a la debatida tanto en el parlamento andaluz como en diferentes ayuntamientos de nuestra comunidad autónoma.
 
Las últimas estadísticas sobre ludopatía demuestran que es la heroína del siglo XXI; afectando especialmente a nuestros jóvenes, destrozando su entorno familiar, laboral y afectivo. Los andaluces le pedimos a nuestros representantes políticos que estén a la altura de la gravedad de esta lacra social.
 
Por otro lado, me parece rastrero que las casa de apuestas utilicen a reconocidos deportistas o famosos presentadores para atraer a sus víctimas. Y ni decir tiene la falta de escrúpulos que poseen tanto los clubes deportivos como las figuras relevantes de nuestra sociedad que firman elevadísimo contratos con estas empresas.