Opinión

La banalización se ha convertido en epidemia

La banalización se ha convertido en epidemia
Utilizando como patanes el idioma, en una estrategia perfectamente medida y especialmente repugnante, logran el objetivo de minimizar la verdad, dándole la vuelta, sembrando la duda y adaptándola a sus propios intereses. 

Faltan al respeto, pierden la cortesía con el de enfrente  y de ahí a la ofensa sólo va un paso.

La banalización se ha convertido en una epidemia que se ha asentado en la política con la intención de  quedarse.


Samuel Johson, brillante poeta y crítico literario, afirmaba que el lenguaje es el vestido de los pensamientos.  Si lleva razón, que yo lo creo, algunos de nuestros políticos actuales, cubren con harapos sus reflexiones, las vacían de sentido prostituyéndolas y nos dejan una imagen de sus capacidades intelectuales que los distinguen.

Pablo Casado minusvaloró el duro tema de la Memoria Histórica, dejándolo en "las guerras del abuelo y las fosas de no sé quién".

¿Se puede decir mayor disparate? ¿Hay mejor manera de despreciar y abatir la exigencia de reconocimiento y justicia de decenas de miles de personas?

Vosotros mismos.