¡Felicidad!
Pertenecemos a la especie humana, unos monos raros que tienen sensibilidad, sentimientos, frustraciones, que quieren, odian y tienen una sed infinita de felicidad porque no pueden comprar vida en un supermercado. La vida se va y no creemos que este mundo es un valle de lágrimas para ir al paraíso, no creemos en semejante historia. Sabemos que el infierno y el paraíso están aquí y nuestra vida se nos va y tenemos sed de felicidad. No queremos confundir felicidad con comprar cosas nuevas todos los días.
El sentimiento de felicidad está unido a cosas entrañables, antiguas, eternas: tiempo para los hijos y nietos, para la demás familia, para los amigos, tiempo libre, que no se vende, que no se compra.
Sabemos que en este mundo hay que trabajar para hacer frente a las necesidades materiales, pero la vida no es sólo trabajar; la vida es lucha por la libertad y la libertad es tener tiempo libre para dedicarnos a las cosas que nos conmueven.
Deberíamos preguntarnos si podríamos hacer algo para evitar tan abominables situaciones. La de esos adoslecentes del vídeo y la de gente que destila tanta violencia, dialéctica y física.