Opinión

Gibraltar

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Aunque no lo parezca, la Cuestión de Gibraltar, ha tenido avances en las últimas décadas. Los Acuerdos de Bruselas, Lisboa, la propuesta de cosoberanía del Ministro británico Jack Straw... han sido hitos importantes en la búsqueda de un acuerdo entre España y Reino Unido.

El cierre de la Verja fue un grave error, dificultó lo cotidiano en una generación de gibraltareños que ahora se oponen mayoritariamente a cualquier acuerdo aunque sea beneficioso para ellos.

La estrategia sobre Gibraltar siempre ha estado incompleta, ha faltado sobre todo, cooperación, para favorecer un clima político proclive a  una negociación bilateral sobre la soberanía del Peñón entre España y Reino Unido.

Si alguien se molesta en echar la vista atrás sólo unos años, comprobará que Gibraltar ha experimentado grandes cambios: ha cambiado su legislación en materia fiscal y de lucha contra el blanqueo de capitales, antes se comprometió a no reparar submarinos nucleares, al pago y actualización de las Pensiones de los trabajadores españoles, las declaraciones en NNUU se pactan para evitar votaciones inciertas,  la UE ha aceptado que las aguas del entorno de Gibraltar son de control español para temas medioambientales y más cuestiones que sería prolijo enumerar. Al no existir en la actualidad un Foro institucionalizado, hace que las partes adopten acciones  unilaterales, algunas rechazables, que se podrían evitar mediante un diálogo efectivo. 

La constitución del Foro de Diálogo, el 16 de diciembre de 2004, del que me siento inspirador, fue un acontecimiento y una novedad en las relaciones entre España y Reino Unido, que desbloqueó la situación a raíz de la propuesta de cosoberanía en el año 2002 y que ha proporcionado acuerdos de gran interés para las partes.

La fórmula del Foro permitió por primera vez que el Gobierno gibraltareño reconociese la reclamación histórica de España y aceptó que las referencias a la cuestión de soberanía debían ser bilaterales entre España y Reino Unido, aceptando los términos establecidos en el Proceso de Bruselas de 1984.

Ahora, tengo la sensación que los Grupos de Trabajo en los que participan los actores implicados, se sienten huérfanos. El Gobierno del Partido Popular, a partir de diciembre de 2011, se dedicó a suspender los acuerdos que se habían conseguido y dinamitó el Foro sin ofrecer alternativa a cambio. El PSOE ofrecía en su Programa Electoral restablecer el Instituto Cervantes en Gibraltar que ofrecía intensas actividades culturales y está tardando en hacerlo. 

El 23 de junio de 2016, los británicos votaron en referéndum la salida de su país de la UE, lo que implicaba que Gibraltar quedara también fuera. Las oportunidades que se puedan presentar para combatir los efectos negativos que puedan tener esta salida, se han visto ensombrecidas por la Pandemia. 

Las posibilidades de suscribir acuerdos preferenciales o de lograr situación parecida a la de países como Islandia o Noruega dentro del Espacio Económico Europeo, que podría salvar aspectos del Mercado Interior fundamentales  para Gibraltar no han tenido, hasta el momento, avances conocidos.