Opinión

En 3 meses el puerto tendrá la energía necesaria para continuar

En 3 meses el puerto tendrá la energía necesaria para continuar

Debemos estar orgullosos de haber conseguido que 2018, el año que viene, vaya a ser el año de la conexión eléctrica al puerto tras un largo proceso

La política, como la vida misma, nos pone frecuentemente ante difíciles dilemas en los que tenemos que elegir uno u otro camino primando unos objetivos sobre otros y alcanzando, lógicamente, metas distintas.

Debemos estar orgullosos de haber conseguido que 2018, el año que viene, vaya a ser el año de la conexión eléctrica al puerto tras un largo proceso, pero en el que finalmente vemos ya concluida, por parte de Red Eléctrica Española y, por tanto, del Gobierno de España, la subestación de Cañuelo y su conexión con Los Barrios.

Endesa ya ha realizado la canalización en los tramos previstos entre Cañuelo e Isla Verde y en los próximos doce meses se realizarán los dos tramos aéreos y el tendido del cable de las líneas, estando ya acopiadas las bobinas de cable subterráneo y llegando en unos días los apoyos necesarios para los aéreos. No obstante, en el mes de julio el puerto dispondrá ya, gracias a estos trabajos, de las dos terceras partes de la capacidad prevista para poder desarrollar su actividad actual.

Además, se están ultimando los permisos para que Red Eléctrica Española ejecute la conexión entre Cañuelo y Pinar del Rey, previendo su finalización para finales del año que viene y anticipándose así el Gobierno de España dos años a la previsión existente y facultando al puerto para desarrollar su actividad actual y para seguir avanzando con nuevos proyectos que generen empleo.

Pero el camino no fue fácil y, quizá ahora, con la solución ya dibujada, nos parece que esto nunca nos preocupó ni nos ocupó y que no fue portada de periódicos y motivo de debates en los cafés y las tertulias. Por eso, debemos recordar precisamente lo que nos costó llegar aquí, para evaluar cómo lo conseguimos, en qué acertamos y en qué nos equivocamos y aplicar las fórmulas más adecuadas en otros retos que tenemos pendientes.

Para llegar a esta conexión eléctrica debimos ceder en algunas cosas que a priori no nos gustaban y apostar fuertemente por el progreso de nuestra tierra. Ahí está un suelo algecireño que podría haber tenido otro uso políticamente más rentable pero que tuve que decir “Adelante, que vaya por ahí la conexión eléctrica para que no tarde cinco años más” o un dinero puesto por la APBA para lograr este objetivo que podrían haber invertido en otra cosa.

Pero, sobre todo, debimos mantener la bandera de Algeciras y del Campo de Gibraltar, banderas de unidad y de futuro. No las de nuestros partidos o de nuestros intereses personales, sino las del bien común. Yo defendí el proyecto de conexión eléctrica cuando el PP estaba en la oposición y, con el mismo ímpetu, pero con más tino, al estar en el gobierno.

Quizá las manifestaciones que hiciéramos debieran llevar banderas azules y amarillas de Algeciras o verdes y moradas del Campo de Gibraltar en vez de un bloque de rojas, otro grupo de verdes y otro de moradas cada una con el logo de su respectivo partido político. Claro está, dicho sea de paso, los vecinos, aunque algunos los tomen por tontos e intenten engañarlos, son lo suficientemente inteligentes para no meterse allí donde intentan manipularlos políticamente. Y es que ninguna victoria es tal si quien pierde es Algeciras.