Opinión

Amancio Ortega y Almodóvar, unidos

Amancio Ortega y Almodóvar, unidos
Es compatible. Defender la sanidad pública y utilizar la privada es, perfectamente, compatible. Pedro Almodóvar se manifiesta pidiendo una sanidad pública de calidad porque sabe que las diferencias entre los estratos sociales se han hecho más grandes y que los más vulnerables no tienen acceso a la sanidad privada.

La única forma de lograr un bienestar aceptable para los más pobres es defender lo público con uñas y dientes. Y, por eso, Pedro Almodóvar puede pedir una cosa y hacer la contraria. Se llama sensibilidad social.

Amancio Ortega es rico y, seguramente, acuda a los mejores hospitales del mundo si tiene problemas de salud. Pero no siempre ha sido millonario y cuida, donando maquinaria carísima, de la sanidad pública. Amancio Ortega lo hace a su manera y nos viene de cine.

Hay que agradecer al señor Almodóvar y al señor Ortega sus gestos. Ambos tienen un valor enorme. Uno se puede cuantificar al céntimo aunque no se puede valorar el gran favor que hace Ortega con sus donaciones. Es muy bueno para todos. El apoyo de Almodóvar se queda más en ese aviso a los políticos que consiste en recordar que lo público es esencial en nuestra sociedad y que se peleará en la calle hasta la saciedad.

Es muy importante que la imagen de los famosos se sume a los de millones de personas anónimas que, tarde o temprano, tendrán que recurrir a la sanidad pública para poder sobrevivir a una enfermedad o vivir con mejor calidad. Lo que aportan ambos es mucho y bueno.

Creo yo que ya está bien de tantos frentismos, de peleas ideológicas (lo llamo así por poner un nombre porque ya no quedan ideologías), de vivir instalado en el alboroto y en el insulto. No se puede consentir a ningún político centrar todo lo que hace en la batalla sin cuartel, no se puede llegar a que todo valga.

Ya está bien de elevar a los altares a cualquiera y de pisotear los gestos importantes. Ya está bien.