Opinión

Colegio mayor

Colegio mayor
El tema lamentable de machismo asqueroso llevado a cabo en el Colegio Mayor Ahuja de Madrid, ha sido portada en todos los informativos aunque esto no es nada nuevo. Ocurre todos los años y en casi todos los colegios mayores bajo el epígrafe de novatada.

La diferencia es que este año se ha hecho viral y lo ha visto toda España por lo que, creo, que habría  que condecorar al que tuvo la valentía y el mérito de grabar el vídeo y darlo a conocer. No hay más que contemplarlo para comprobar que sabía lo que iba a ocurrir, porque sucede que no es la primera vez, ni la segunda, ni la tercera... estamos hablando de una de esas tradiciones que se extienden en el tiempo porque, para empezar, la dirección de los  colegios lo consienten.

Ayer supimos que el Ahuja había expulsado a varios de sus residentes, pero en los años precedentes no lo hizo. La única diferencia es que esta vez ha trascendido. Debe ser, por tanto, la autoridad académica, así como las instancias públicas, las que tomen cartas en el asunto y depuren también responsabilidades en la cúpula del colegio mayor. Porque saber desde cuándo se hace la “gracia” en cuestión tampoco es tan difícil: es solo cuestión de tener ganas de saberlo.

Claro que casi peor me parece haber visto y oído a algunas  residentes del Mónica(Colegio Mayor femenino) disculpando a sus amigos del Ahuja. Como si no fuera para tanto, como si tuviera gracia lo que dijeron, como si fuera un mensaje de amor que no supimos entender... Desde luego, visto lo ocurrido y vista la reacción, queda claro que hay mucho camino por recorrer. En materia de igualdad y en cuanto a la lucha contra el machismo ultramontano, estamos todavía dando los primeros pasos. Y los males no residen solo en la España profunda: estamos hablando de Madrid, de la Ciudad Universitaria, del foro donde teóricamente se forman los ilustres del mañana...miedo me da. El machismo y la violencia verbal -antesala de la física- no son patrimonio de los analfabetos. Es más, una cosa es tener un título y otra tener educación y sentido común.

A los chicos del Ahuja hay que hacerlos pasar por un curso intensivo -y exigente- de formación contra el machismo que llevan dentro. Y a las alumnas del Mónica que los disculparon también hay que sentarlas ante un terapeuta que les explique el riesgo que tiene consentir determinados comportamientos. Mientras tanto, lo dicho: un premio al que decidió difundir lo que se repetía año tras año y un correctivo severo a los directivos del colegio mayor.