Opinión

La justicia poética del coronavirus

La justicia poética del coronavirus

Desde luego hay algo de justicia poética en esto de que  la nueva variante ÓMICRON aparezca en África y rápidamente se extienda a Europa, Oceanía y al resto del planeta. Sobre todo, que llegue a los países del primer mundo, esos que no valoraron el hecho de que una pandemia no se resuelve atendiendo solamente a los ciudadanos de las economías más ricas.

Si algo nos ha enseñado el virus durante este año y medio que llevamos conviviendo con él, es su carácter democrático porque lo mismo se lleva por delante a los más ricos que a los más pobres.

Por eso mismo no es solución que las vacunas llegasen rápidamente sólo a quienes tienen más recursos, con el añadido de que la expansión de la enfermedad en lugares con escasa atención sanitaria es una auténtica invitación a que aparezcan nuevas variantes. Eso es lo que ha pasado y ahora las alarmas en las economías occidentales tienen bastante de hipocresía.

En nuestro caso( España), ha habido voces en los últimos meses que cuestionaban la donación de vacunas a terceros países, unas dosis que sobraban porque hay quienes no quieren vacunarse. ¿Preferimos tirar a la basura las vacuna cuando caduquen?.

También la justicia poética se da en algunos de los primeros contagios con la cepa ÓMICRON como es  el caso de la señora europea sin vacunar que marchó de vacaciones a Egipto y ha vuelto contagiada. Si hubiera sido un inmigrante venid en patera, estarían algunos pidiendo a  la Armada que sacara los cañones y disparase a todo lo que se moviera en el mar.

En un mundo desigual, las pandemias pueden prolongarse mucho tiempo. Ahora nos preocupa esta nueva variante ÓMICRON, pero mañana será otra , pasado mañana  una nueva y así hasta el infinito mientras no asumamos que la vacunación y las restricciones tienen que aplicarse en todos los rincones del planeta.

Y si hay países que , desgraciadamente, no tienen para pagar estas vacunas  siempre será preferible repartir la carga entre los más ricos que volver a encontrarnos con un parón mundial de la economía y de la vida social. Y, desgracidamente , hacia eso vamos.